La obra que representa la lucha interna del ser frente a sus emociones y deseos, fue removida por indecencia en 1927 hasta su reubicación final en el barrio de Nuñez.
La escultura lumínica de treinta metros se erige como un faro de conciencia ecológica en homenaje a los árboles del planeta. La idea de la artista fue hacer monumento público, misterioso y atractivo.
La imponente estructura de acero del escultor argentino es uno de los principales faros del Parque de la Memoria. La escultura forma parte de un grupo de obras con alto contenido simbólico dentro del predio.