Patrimonio

Un recorrido urbano por esculturas públicas, monumentos históricos y atractivos arquitectónicos de Buenos Aires y alrededores.

Es una de las fachadas más emblemáticas de Belgrano y desde su inauguración a mediados de los sesenta, despierta la nostalgia y los recuerdos de todo su vecindario.
Postal absoluta de Mar del Plata, las esculturas realizadas en cuarzoarenita, son el principal punto de reunión al borde de la Bristol, la playa más popular del país.
La legendaria casa, patrimonio de la arquitectura moderna argentina, abrió sus puertas al público luego de años de abandono, tras una reciente y completa restauración durante 2023.
Adquirida en 1905 por el municipio de Buenos Aires, la escultura de bronce captura la desgarradora realidad de la esclavitud en el país durante siglos pasados.
Es una de las recientes postales urbanas que el reconocido muralista argentino inauguró en el centro porteño. La imagen del capitán campeón del mundo se suma al patrimonio de la ciudad.
El proyecto de intervenir las fachadas de una zona del barrio de Barracas, impulsado por el artista Marino Santa María, es uno de los paisajes urbanos más escondidos de la Ciudad de Buenos Aires.
Popularmente conocido como el Monumento a los Españoles, se encuentra en un punto neurálgico de la ciudad y está a poco de cumplir los cien años de su inauguración. 
La que fuera casa Victoria Ocampo, es un edificio racionalista pionero en la arquitectura moderna de la ciudad. Actualmente funciona como sede del Fondo Nacional de las Artes.
El imponente mural sobre los antiguos silos de Puerto Madero, es un mensaje político y feminista por parte de la artista estadounidense, que sobresale entre los rascacielos de la ciudad.
La gran escultura homenaje al Libertador de América lleva estoica en la cima del barrio de Retiro desde mediados del siglo XIX. Es uno de los principales monumentos del patrimonio urbano de la ciudad.
Una nueva escultura lumínica de treinta metros de alto se erige como un faro de conciencia ecológica en un homenaje a los árboles del planeta. Según la artista la idea fue hacer monumento público, misterioso y atractivo.
Símbolo de la cultura japonesa, la escultura de hierro rojo que representa el ave nacional nipón, es una figura abstracta que se destaca en la principal avenida porteña.
Donada en 1927 por la Colectividad Italiana, conmemora la visita del príncipe Umberto de Savoia en 1924, y fue punto de referencia para los barcos que llegaban a Buenos Aires con inmigrantes.
Al igual que en varias otras ciudades alrededor del mundo, la protagonista de uno de los cuentos clásicos de la literatura infantil mundial, tiene su propio homenaje en medio de los bosques de Palermo.
El gigantesco móvil conformado por miles de placas semitransparentes de acrílico azul, a cargo del gran artista cinético argentino, cuelga en el hall de entrada del Centro Cultural Kirchner.
El catálogo de esculturas de animales de la ciudad cuenta con estas dos obras del artista francés, que fueron adquiridas hace más de un siglo por el ilustre pintor Ernesto de la Cárcova.
La obra del escultor francés es una pieza única tallada en mármol de Carrara, que tuvo su paso por la residencia de Juan Domingo Perón y Eva Duarte en la década del cincuenta.
Ubicada en el corazón de Recoleta, es una escultura que fue donada por el Estado mexicano de Michoacán. Representa la riqueza y abundancia de la América precolombina.
La escultura del artista italiano rinde homenaje a esta raza de perros de aspecto elegante, vinculados a la aristocracia zarista, la época dorada de Hollywood y la cultura del tango.
Ubicada frente al Museo Nacional de Arte Decorativo, la colosal obra del escultor y ceramista argentino nacido en La Plata, está a tan solo dos años de cumplir un siglo de su creación.
A metros del Club de Pescadores en Costanera Norte, la obra del escultor italiano es una homenaje a los héroes de la tragedia aérea ocurrida en la provincia de Buenos Aires en 1949.
Es una de las más recientes adquisiciones del Museo Nacional de Bellas Artes para su Paseo de Esculturas. Su autora es un exponente ineludible de la escultura abstracta en el país. 
Conocida como Torre de los Ingleses, fue un regalo de los residentes británicos por el centenario de la Revolución de Mayo. Inaugurada en 1916, es una protagonista destacada de la arquitectura porteña.
Tallada en mármol de Carrara por el escultor francés, llegó a la Ciudad de Buenos Aires a principios del siglo XX. Encarna la incertidumbre y vacilación humana ante la creencia religiosa.
La escultura de Míguez, desaparecido con quince años en la dictadura cívico-militar, es una manifestación de memoria colectiva que mira al horizonte sobre las aguas del Río de la Plata.
Es desde 1934 la estatua que cada fin de semana recibe a los visitantes de la tradicional Feria de Mataderos. Un símbolo de la tradición guacha y el legado cultural criollo.
La monumental escultura de la heroína indígena representa la valentía y la lucha por la emancipación del Virreinato del Río de la Plata, durante las guerras de independencia hispanoamericanas.
Emplazado inicialmente en los jardines de la Casa Rosa, sobrevivió a varios atentados a lo largo de la historia. En los últimos años, fue protagonista de una disputa geográfica, política y cultural.
A mitad de camino entre arquitectura y escultura, las dos torres emplazadas en la costa de Vicente López, conforman uno de los más destacados ejemplos de la innovación modernista en Argentina. 
Ubicada en Plaza Lavalle, representa a los bailarines del Ballet Estable del Teatro Colón, que murieron en un accidente aéreo en 1971. Su autor es hijo del reconocido pintor Ernesto de la Cárcova.
Inaugurada en 2022, es la última incorporación a la galería urbana porteña. La escultura rinde un homenaje tardío a la heroína afrodescendiente que alcanzó rango de capitana en las guerras patrias.
La escultura del artista platense de principios de siglo XX es un fiel ejemplo de la tendencia cubista de la época. La figura mitológica, que descansa en el barrio de Retiro, está por cumplir cien años.
La escultura de bronce de casi cuatro metros de altura, que representa uno de los principales seres mitológicos, está ubicada desde 1914 a metros de la entrada del Museo Nacional de Bellas Artes.
Guardiana indiscutida del Parque Centenario, su figura de bronce parada sobre una esfera que simboliza el mundo, representa el triunfo del espíritu sobre la materia según la mitología romana.
Con más de ciento veinte años, el edificio central de hierro y vidrio es una joya francesa de arquitectura art nouveau, que aloja especies subtropicales del mundo.
El artista urbano radicado en  San Pablo, es el autor del mural pintado sobre una de las calles del microcentro porteño. Su creación marca el camino de ingreso espacio artístico Arthaus.
Pieza arquitectónica única del modernismo brasileño en Buenos Aires, la fachada de la Embajada de Brasil se destaca por sus impresionantes balcones brutalistas.
Ubicado en el corazón del barrio de Caballito, los casi doce metros de la legendaria figura del héroe medieval, es uno de los principales mojones culturales de la ciudad desde 1935.
Es el bar más antiguo de la ciudad de Buenos Aires y su historia es célebre por haber recibido a los grandes protagonistas de la cultura argentina. Una joya de la Belle Époque que sigue en pie desde 1858.
Postal indiscutida de La Boca, su descomunal estructura de hierro se impone en el horizonte portuario del barrio desde su inauguración en 1914. Hoy se ha vuelto una atracción turística.
Ubicada en el Parque de la Memoria, la escultura sonora de varas de acero inoxidable, es uno de los principales legados urbanos que el gran artista argentino le dejó a la Ciudad de Buenos Aires.
Declarado Monumento Histórico Nacional, pero casi oculto en el microcentro porteño, es uno de los edificios emblema del brutalismo en la Argentina.
El monumental edificio de ciento quince años es una de las mejores salas de ópera del mundo y uno de los principales atractivos culturales y turísticos de la ciudad de Buenos Aires.
Ejemplo máximo de la Belle Époque de la ciudad y declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco; este clásico porteño reabrió sus puertas totalmente restaurado, respetando su fisonomía original.  
Su ecléctica fachada resulta imposible de ignorar. Supo ser el reservorio de agua de toda la ciudad durante casi un siglo y hoy funciona como museo del agua.
Postal y emblema máximo de la Ciudad de Buenos Aires, es el epicentro nacional de los grandes festejos masivos de la historia del país durante casi un siglo.
En proceso de restauración desde 2018, la histórica confitería inaugurada en 1916 pronto reabrirá sus puertas para erigirse nuevamente como uno de los máximos exponentes arquitectónicos del art nouveau porteño. 
Construido a principios del siglo XX donde estuvo emplazada la Casa de la Virreina, es uno de los exponentes arquitectónicos del ADN porteño en el casco histórico de la ciudad.
Diseñado por el aclamado arquitecto español, el puente emblema de Puerto Madero simboliza una pareja que baila tango y hace de nexo entre el casco histórico y el barrio mas reciente de la ciudad.
Es uno de los estandartes arquitectónicos de la Avenida de Mayo. Fue declarado Monumento Histórico Nacional y su diseño incluye numerosas analogías y referencias a la Divina Comedia.
Oculto en el barrio de Caballito, se encuentra este gran exponente del art déco porteño. Inaugurado en 1936, es un fiel ejemplo del poder y la elegancia que quiso transmitir su creador hace más de ochenta años.
Ícono modernista de la Ciudad de Buenos Aires y postal inevitable de los Bosques de Palermo. Ha cautivado la imaginación de varias generaciones con su forma de nave espacial.
Es uno de los mayores exponentes del brutalismo arquitectónico en el país. Desde su inauguración en 1992, la imponente figura de hormigón armado da batalla en el paisaje urbano.
Es una de las joyas de la arquitectura Art Nouveau en la Ciudad de Buenos Aires. Inspirado en la naturaleza y en la obra del catalán Antoni Gaudí, fue construido a principios del siglo XX.
Cuando se inauguró en 1936 se convirtió en la torre más alta de Sudamérica. El edificio, que sintetiza los estilos racionalista y art déco, tiene una forma parecida a la proa de un barco, y está inspirado en el Rockefeller Center de Nueva York.
La obra, con el sello personalísimo de la mayor artista pop nacional, pertenece a una serie de creaciones de la década del ochenta inspiradas en esculturas griegas clásicas.
El monumento homenaje al protagonista de la obra cumbre de la literatura hispana es uno de los íconos escultóricos del centro porteño, a pocas cuadras del Obelisco.
Es considerado el Escultor de la Patria por haber realizado las esculturas de gran parte de los próceres nacionales. Los Andes es su tributo a los pueblos originarios del norte, centro y sur de la cordillera.
Puerta de entrada al barrio de La Boca, fue donado por Uruguay al cumplirse 400 años de la fundación de la ciudad de Buenos Aires. Representa un navío y la unión de los pueblos rioplatenses.
La obra del artista italiano de mediados del siglo XIX sobrevivió al paso del tiempo, la crueldad y el fanatismo; hasta su actual ubicación como una de las principales esculturas del Jardín Botánico.
La obra del prestigioso escultor estadounidense es una de las más llamativas del Parque de la Memoria. Sus rojizos techos traslúcidos ofrecen múltiples sentidos e interpretaciones.
Inspirada en el rojo intenso de la flor del ceibo, esta curiosa escultura es uno de los puntos convocantes del Parque de los Niños, a pocos metros del Río de la Plata.
Tallado sobre un tronco de cedro rojo macizo que supera los diez metros, este tótem donado por la embajada de Canadá, es una de las obras más pintorescas y menos conocidas del espacio público de la Ciudad de Buenos Aires. 
Es una de las obras más importantes del patrimonio urbano porteño. No exenta de polémicas, logró sobrevivir al paso del tiempo y los prejuicios. Hoy en día, la ciudad volvió a darle la trascendencia que se merece.
Monumental tributo de diez metros a la herramienta por excelencia del del escultor y el obrero. Su autor es uno de los escultores argentinos más destacados de los últimos cincuenta años.
La mítica figura del dios griego del mar forma parte de un grupo escultórico de origen francés, que fue desmembrado y diseminado en distintos puntos de la ciudad de Buenos Aires.
Es una de las esculturas abstractas más llamativas de la ciudad. Los paréntesis ondulantes de acero inoxidable custodian el frente de la Asociación de Amigos del Museo Nacional Bellas Artes.
Como recién aterrizada de una galaxia lejana, esta monumental obra es una de las protagonistas de la Avenida 9 de Julio. Su autor es un pionero del arte cinético en Latinoamérica, apasionado de la ciencia y la tecnología.
Su esbelta figura custodia el ingreso al campus de la Universidad de San Martín (UNSAM). El caballo alado materializa la fantasía de la legendaria figura mitológica en la imaginación colectiva del mundo cotidiano.
Una escultura impactante con una tremenda carga simbólica que interpela directamente a la memoria colectiva, conforma la obra central de la exhibición permanente del C.C. de la Memoria Haroldo Conti.
Traída desde China a modo de donación a la ciudad de Buenos Aires en 2019, es un tributo por parte del Instituto Confucio en el país oriental a uno de los grandes pensadores de todos los tiempos. 
Presentada en la Semana del Arte de 2019 y recientemente emplazada en el Ecoparque, es imposible permanecer indiferente ante esta insólita escultura pop que se suma al paisaje urbano de Buenos Aires.
Es uno de los monumentos más imponentes de la ciudad de Buenos Aires a cargo del “Rodin argentino”. La escultura de Yrurtia es considerada su obra cumbre.
Conocido por su serie de bancos con formas enruladas, el artista argentino radicado en París, creó y donó a la ciudad una escultura que lleva su sello inconfundible.
La reproducción de una de las columnas del Palacio del rey Ciro II, que llegó a nuestro país como donación del sha de Persia en 1965, tiene varios idas y vueltas que acompañaron la historia política internacional.
El Jardín Botánico, creado por el paisajista Carlos Thays, cuenta con una colección de esculturas poco conocidas por los habitantes de la ciudad. Flor indígena es uno de sus secretos mejor guardados.
La flor de acero rojo se convirtió en un punto de referencia que marca una de las entradas a Puerto Madero. Imponente y deslumbrante es una de las esculturas más vistosas y recientes del catálogo a cielo abierto de la ciudad.
La centenaria figura de mármol que lleva la firma de una de las principales escultoras del arte argentino es uno de los tesoros mejor guardados del actual Ecoparque, ex Zoológico de Buenos Aires.
Es una de las esculturas más emblemáticas del arte moderno. La figura del hombre desnudo, ensimismado, es parte central de la Plaza del Congreso desde 1907, cuando arribó de París.
Es la última gran incorporación a la iconografía urbana de Buenos Aires. Al cabo de casi veinte años, la escultura de La Flor, como la conocen los habitantes de la ciudad, le compite mano a mano al obelisco en la postal turística porteña.
Protagonista principal e indiscutido en el corazón del predio de Tecnópolis. Un robot lumínico e inmenso con cuerpo de antena de alta tensión.
Obra icónica del arte conceptual argentino. La escultura con forma de huevo de uno de los grandes referentes de la vanguardia local, hace equilibrio en uno de los laterales de Plaza San Martín.
Inaugurada en 1938, la intimidante escultura del felino de Parque Chacabuco, guarda una curiosa historia de idas y vueltas.
Donada por la colectividad suiza hace más de cien años, la obra compuesta por dos mujeres besándose, conforma una imagen inédita y adelantada para su época.
La Semana del Arte 2021 dejó una nueva adquisición para el patrimonio local. La obra de Orensanz, distinguida como personalidad destacada de la Cultura, juega con la metáfora del tiempo en la Plaza Intendente Seeber.
La imponente estructura de acero del escultor argentino es uno de los principales faros del Parque de la Memoria. La escultura forma parte de un grupo de obras con alto contenido simbólico dentro del predio.
El barrio de Retiro cuenta con un cuidador de bronce que no pasa desapercibido. La escultural obra del artista colombiano es un imán fotográfico para turistas y vecinos. 
La historia de esta escultura tuvo un triste desenlace. Su creador narra el derrotero que tuvo que atravesar desde su inauguración y la sensación de una obra decapitada y abandonada.
Ubicada en el corazón de Recoleta, la obra del máximo referente del arte óptico y cinético argentino, es una de las últimas incorporaciones a la galería de esculturas urbanas de la Ciudad de Buenos Aires.

 

 

 

 

LOGO FOOTER

tiktok

Contacto: info@elojodelarte.com
elojodelarte.com ® Una plataforma de LittleBull Prod. © 2024 Todos los derechos reservados.

Este sitio cuenta con el auspicio de Buenos Aires Ciudad