Confucio (551 a.C.- 479 a.C.) fue uno de los grandes pensadores de la humanidad. Nació en Lu, estado ubicado en la actual provincia china de Shandong, y se le considera como el fundador de la escuela confuciana de pensamiento Rújiā. Se estima que tuvo más de tres mil discípulos, muchos de ellos provenientes de familias pobres, algo que marcó un cambio de época debido a que la tradición hasta entonces permitía el acceso a la educación sólo a hijos de familias nobles. Todas sus enseñanzas fueron recopiladas en El Libro de la Poesía, El libro de la Historia y El Libro de las Mutaciones, entre otros. Su pensamiento fue absorbido y desarrollado por generaciones posteriores y se transformó en un componente fundamental de la cultura china. El confucianismo es fundamentalmente una ética y no una religión, ya que en sus textos hay apenas menciones a la divinidad.
Ese gran pensador milenario tiene su lugar en ese gran museo a cielo abierto que es la Ciudad de Buenos Aires. Una magnífica escultura de bronce, de tres metros de altura, lo representa en la Plaza Sicilia, junto al Jardín Japonés, en Avenida del Libertador y Casares, en los Bosques de Palermo.
La obra muestra el ademán característico de Confucio: el cruce de ambas manos representando la idea del equilibrio. Su cuerpo está levemente inclinado hacia adelante y la expresión de su rostro transmite comprensión y cierta ternura. Su larga barba se recuesta sobre su túnica, que se ancha en sus brazos y cae hasta el piso apenas dejando al descubierto la punta de sus zapatos. Sobre la base tiene una placa con una breve reseña biográfica escrita en español y en chino.
La escultura, que viajó diecinueve mil kilómetros desde la provincia de Shandong hasta a Buenos Aires, fue una donación del Instituto Confucio de China gestionada a través de la embajada de ese país en la Argentina, y pudo concretarse gracias a un proyecto que aprobó la Legislatura porteña.
Durante su inauguración, el 28 de noviembre de 2019, el diputado porteño y presidente de la Comisión de Cultura de la Legislatura, Omar Abboud, expresó que "una estatua de Confucio no es cualquier estatua, es una estatua que tiene que ser una inspiración. Confucio a través de sus enseñanzas tiene un mensaje muy importante que dejar en estos lugares del mundo, desde la pauta de sus seis importantes libros que configuran simbólicamente un espectro troncal en la cultura china, y eso trasladado al mundo de hoy es bien necesario".
Confucio se mantiene impasible en uno de los sitios verdes más destacados de la Ciudad de Buenos Aires y comparte su espacio verde con turistas que lo visitan, runners y las personas que se acercan a practicar tai chi a su alrededor.