La escultura Diana fugitiva, también conocida como Siringa, del artista francés François Louis Virieux, luce en el espacio público porteño tras ser ubicada en la Plaza Sicilia, en diciembre de 2023, luego de décadas de traslados, restauraciones y actos de vandalismo.
Tallada en mármol de Carrara y adquirida por la ex Municipalidad de Buenos Aires, la pieza mide 1,65 metros de alto y representa un desnudo femenino en actitud dinámica. Su temática remite a la leyenda griega de Siringa, una náyade —ninfa de los cuerpos de agua dulce— que vivía en Arcadia y fue perseguida por Pan, dios de la música, quien se enamoró de ella. Para escapar, Siringa pidió ayuda a otras ninfas, que la transformaron en un cañaveral. Pan, al abrazar las cañas, escuchó el sonido que producía el viento al atravesarlas y creó así la flauta que lleva su nombre.
La obra fue emplazada inicialmente en el Parque Tres de Febrero, desde donde fue trasladada el 20 de octubre de 1917 a la Plaza Intendente Alvear. El 17 de mayo de 1938 la ubicaron en el Parque Lezama, en un espejo de agua rectangular rodeado por gradas que conformaban un anfiteatro, sobre Brasil. Ese espacio, con el tiempo, se convirtió en escenario de recitales, actos y obras de teatro, y adquirió relevancia como punto de encuentro para el colectivo candombero, que allí comenzó a visibilizarse tras el retorno de la democracia.
En la restauración de 1999, el espejo de agua fue cementado y el entorno remodelado con lajas. La escultura fue trasladada entonces a un templete grecorromano en la barranca del Parque Lezama, rodeada por otras cuatro obras. Sin embargo, su permanencia en ese lugar se vio afectada por reiterados actos de vandalismo: grafitis, pintadas, roturas y hasta la utilización de la figura como soporte físico por parte de visitantes.
En 2018, tras ser hallada completamente pintada y con su base cubierta de materia fecal, fue retirada y llevada al Patio de Esculturas del MOA (Monumentos y Obras de Arte) para su limpieza y reparación. Allí se eliminaron las manchas y se restauraron las cascaduras, aunque las continuas intervenciones han dejado en el mármol pequeñas fisuras y desgastes, evidenciando su fragilidad y la necesidad de protegerla de futuras agresiones.
Tras este proceso, y debido a la imposibilidad de garantizar su conservación en el Parque Lezama, Diana fugitiva fue reubicada en diciembre de 2023 en la Plaza Sicilia, donde actualmente se exhibe. Conocida tanto por su valor estético como por la historia mitológica que representa, la obra continúa siendo un testimonio de la presencia del arte clásico en los espacios públicos de Buenos Aires y de los desafíos que implica su preservación.