Los pueblos originarios de los Andes argentinos inspiraron el inmenso bronce de Luis Perlotti que sorprende a los visitantes del Parque los Andes del barrio de Chacarita. El conjunto escultórico es imponente: tiene más de tres metros y está compuesto por tres figuras de pobladores originarios, de mayor estatura que la natural, que representan las etnias originarias de las regiones norte, centro y sur de la cordillera.
El sur está representado por un Ona, que aparece en la escultura en actitud de acecho, con su arma, la flecha. Se trata de una etnia nómada que habitó la cordillera austral hasta Tierra del Fuego. El quillango fue su indumentaria característica y vivió de la caza y de la pesca. La figura que representa al centro es el Tehuelche, un guerrero por excelencia, fuerte y vigoroso, a quien Perlotti hace aparecer con un gesto de gran serenidad y en actitud dominadora con su hacha de guerra, que lleva como si fuera un trofeo. Por último, el norte está simbolizado en la figura del Calchaquí, etnia audaz y laboriosa, que se dedicó con preferencia a la labranza de la tierra, y que tuvo mucha influencia quechua y fue amante del arte: confeccionó sus propios útiles, sus tejidos y su alfarería, dejando en muchas hermosas obras el sello de su interesante personalidad.
El gran conjunto escultórico fue creado inicialmente en yeso y luego, gracias a la iniciativa y a las gestiones del concejal Reinaldo Elena, se dictó una ordenanza que permitió convertir la obra al bronce y, recién ahí, fue emplazada en el Parque Los Andes. El Museo Perlotti conserva detalles del conjunto y un boceto a escala reducida.
Perlotti nació el 23 de junio de 1890 en Buenos Aires y a los nueve años, tras morir su madre, se vio obligado contribuir a la economía familiar: aprendió el oficio de ebanista y asistió a diversos cursos de dibujo hasta que se concretó su ingreso a la Academia Nacional de Bellas Artes, donde tuvo como maestros a Pío Collivadino y Lucio Correa Morales, entre otras destacadas figuras.
Influenciado por Eduardo Holmberg, Juan B. Ambrosetti y Ricardo Rojas comenzó a estudiar las tradiciones y la historia nativa americana. El propio perito Francisco P. Moreno lo asesoró acerca de la vida, costumbres, tradiciones y cultura de los pueblos indígenas. Este recorrido artístico hizo que lo bautizaran “Escultor de América”. Además de Los Andes, entre sus obras indigenistas sobresalen La flor del irupé, La niña del Cuzco, La danza de la flecha y La danza de los cóndores. También fue considerado como el “Escultor de la Patria”, por haber realizado esculturas de próceres como Manuel Belgrano, Mariano Moreno, José de San Martín, Domingo Faustino Sarmiento, Bernardino Rivadavia, Bartolomé Mitre, Guillermo Brown o Tomás Espora.
Perlotti fue parte de la denominada “peña” del Café Tortoni y entre sus amigos se encontraban Benito Quinquela Martín y Juan de Dios Filiberto, a quienes esculpió. También conoció a la escritora Alfonsina Storni, cuya mítica escultura se encuentra frente al mar, en la playa La Perla de Mar del Plata. Perlotti murió el 25 de enero de 1969 en un accidente automovilístico ocurrido en Punta del Este. Poco antes de ese trágico final, había cedido a la Municipalidad de Buenos Aires su casa-taller ubicada en el barrio de Caballito para que fuera convertida en el museo que hoy resguarda parte de su legado artístico.