Auguste Rodin (París, 12 de noviembre de 1840 / Meudon, 17 de noviembre de 1917) es reconocido como el padre de la escultura moderna, porque creó un nuevo concepto de monumentos y esculturas públicas, aunque eso también le valió una gran cantidad de críticas. En su derrotero artístico, es probable que los cuestionamientos más duros hayan salido de la Argentina, precisamente porque uno de sus trabajos generó una gran polémica: el monumento a Domingo Faustino Sarmiento.
El 25 de mayo de 1900, en el marco de los festejos conmemorativos por la Revolución de Mayo de 1810, y luego de celebrarse el tradicional Tedeum en la Catedral Metropolitana, se llevó a cabo la inauguración del monumento dedicado a Sarmiento, en los Bosques de Palermo. La obra había sido encargada por el Estado Nacional cuatro años antes, y resultó ser la única que el escultor realizó para un país extranjero.
La decisión de pedirle a Rodin que hiciera la obra surgió de un grupo de notables, entre los que se encontraban Aristóbulo del Valle y Miguel Cané, quienes recibieron con muy buenos ojos la propuesta del pintor Eduardo Schiaffino, quien había regresado recientemente de Francia cautivado por las obras de Rodin.
El día de la inauguración, de la que participó el entonces presidente de la Nación, Julio Argentino Roca, la gente que se había juntado en el Parque Tres de Febrero pasó de la expectativa y la emoción a la bronca e indignación. Sarmiento había muerto apenas dos años antes y su imagen estaba bien presente entre la población. La mayoría de los que concurrieron consideró que la obra del artista francés no guardaba semejanza alguna con la figura del expresidente, lo que generó durante días un amplio debate en los periódicos de la época.
Según una crónica del diario La Nación, “es difícil concebir algo más feo, más vulgar, casi repulsivo y, por lo tanto, menos parecido a Sarmiento que el perfil de su estatua”. En tanto, la publicación Caras y Caretas afirmó que “el Sarmiento de Rodin es de él exclusivamente, porque no es el nuestro, y prueba de ello es que no ha podido reconocerle ni su propia familia”.
El Monumento creado por Rodin está compuesto por cuatro partes:
- La figura de Sarmiento, de 2 metros de altura, fundida en bronce con la técnica de la cera perdida y patinada.
- El pedestal, esculpido en mármol blanco, tiene al frente a Apolo, símbolo de la ciencia, que avanza alejando las tinieblas, mientras la serpiente Pitón, símbolo de la ignorancia, se retuerce en agonía, perdiéndose en la oscuridad. En la parte de atrás está el Escudo Nacional, rodeado por ramas de laureles atadas con cintas argentinas.
- El basamento fue construido en granito rojizo.
- En la base contaba con una placa de bronce fundido a la cera perdida, estilo Art Nouveau, también hecha por Rodin, que fue robada.
Como tantos otros monumentos públicos, el de Domingo Faustino Sarmiento tiene un fuerte contenido ideológico y simbólico, en este caso por su ubicación: está emplazado en donde era la residencia Juan Manuel de Rosas, su rival político. Pasó un siglo para que la historia quedara saldada. Un monumento al caudillo, de 15 metros de alto y unas tres toneladas de peso, fue emplazado en la Plaza Seeber, de Avenida del Libertador y Sarmiento, a metros de la obra de Rodin.