La instalación Sin título (No podés vivir sin nosotras), de la reconocida artista estadounidense Barbara Kruger, se convirtió en un destacado símbolo feminista en Buenos Aires. Ubicada en los antiguos silos del Dique 3 de Puerto Madero, se destaca por su imponente presencia: un mural de 30 por 70 metros que utiliza los colores de la bandera argentina.
El mural, que fue inaugurado en 2018 durante la feria de arte Art Basel Cities, está ubicado frente a la plaza Reina de Holanda, sobre Olga Cossettini al 700. La elección estratégica de este lugar no fue aleatoria, ya que detrás de los silos se encuentra el Parque Mujeres Argentinas, un espacio dedicado a conmemorar la lucha feminista después de décadas de invisibilidad cívica. Las calles circundantes llamadas Juana Manso, Marta Lynch y Manuela Sáenz y el Puente de la Mujer de Santiago Calatrava proporcionan un contexto histórico y cultural que enriquece a la obra de Kruger.
El mensaje impetuoso y esperanzado del mural se expresa a través de la impactante leyenda que lo acompaña: "No podés vivir sin nosotras / poder / placer / propiedad / igualdad / empatía / independencia / duda / creencia / mujeres". La pregunta provocativa, "¿Quién posee qué?", se extiende debajo de estas palabras, incitando a la reflexión sobre las dinámicas de poder y propiedad en la sociedad.
La colaboración para llevar a cabo esta obra fue posible gracias a la asistencia del Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires.
Barbara Kruger nació el 26 de enero de 1945 en Newark, Nueva Jersey y es reconocida por su desempeño en el campo de las artes visuales, el diseño gráfico y la fotografía. Su estilo distintivo sobresale por sus collages en blanco y negro, en los que combina imágenes icónicas y texto contundente para explorar temas de género, poder, consumo y política. A lo largo de su carrera, recibió numerosos premios y reconocimientos por su contribución al arte contemporáneo.
La monumental pintura, al estar al aire libre, permite que la ciudad experimente directamente su impacto visual y conceptual. En un mundo donde el arte urbano se convierte en un medio poderoso para la expresión social y política, la obra de Barbara Kruger sobresale como un vibrante alegato de su compromiso con el feminismo y su solidaridad con el movimiento de mujeres en Argentina.