Capilla Multicultos, de Carlos Páez Vilaró

La construcción ideada por el artista uruguayo es una de sus obras menos conocidas en Argentina, en la que se destaca su labor en los vitrales. Es un reflejo y una síntesis perfecta de toda su producción.
Por Martín Sassone

 

La Capilla Multicultos que Carlos Páez Vilaró construyó en 1988 en el cementerio privado Los Cipreses, en Béccar, partido bonaerense de San Isidro, conjuga todas sus artes: arquitectura, escultura y pintura. Es por eso que durante una entrevista que brindó al diario El País de Uruguay, el artista la consideró su obra más importante. 

Tiene un estilo gaudiano y es similar al de su construcción más famosa, Casapueblo, la edificación ubicada en Punta Ballena, a 13 kilómetros de Punta del Este.

La capilla tiene una doble entrada. La primera, representada por un árbol, es el camino de la vida. En el centro se confluye en lo que el artista presentó como el ocaso de la vida, donde se confronta con la muerte, que es justo el lugar donde se hace el rito a la persona fallecida. El camino continúa hacia lo que visualizó como la eternidad, que es la segunda puerta que lleva a la parte del cementerio donde se inhuman los cuerpos. En el centro de la capilla, pero en el techo, hay una obra que representa la complejidad del mundo. 

La construcción no tiene rectas, es todo curvas, y se destacan los vitrales, muy coloridos. Los diseñó inspirado en las cuatro estaciones del año, que representaban en sus diferentes fases a la vida, y también a la naturaleza y el universo.

La capilla es toda blanca, con una impronta mediterránea, con la que Páez Vilaró buscó transformar el dolor en paz, con un gran amor por la vida. La obra se caracteriza además por su armonía con el entorno natural: su estructura se integra perfectamente al paisaje circundante, creando un ambiente de serenidad y conexión con la tierra. El techo, en forma de nido de hornero, evoca la espiral de la vida y la búsqueda interior. La construcción también evoca dos puños entrelazados.

A lo largo de su vida, Páez Vilaró (Montevideo 1° de noviembre de 1923 / Punta Ballena 24 de febrero de 2014) exploró distintas técnicas y tuvo una fuerte conexión con el candombe. Recorrió varios países del continente africano y esa experiencia enriqueció su obra: pintó obras relacionadas con esta tradición, intervino tambores y hasta compuso letras para comparsas. Buena parte de su vida la pasó en Buenos Aires donde retrató la noche porteña, el tango, los bares y cabarets. Desarrolló una estética colorida, dinámica y alegre, con geometrías a veces abstractas y por lo general unidimensionales. Exploró también la escultura, la escritura, la arquitectura y el cine.

La Capilla Multicultos fue concebida como un espacio de encuentro y reflexión para personas de todas las creencias. Su diseño abierto y sin divisiones físicas refleja la idea de unidad y respeto por la diversidad. Más allá de su función religiosa, se convirtió en un atractivo turístico de gran importancia, donde se fomenta el diálogo interreligioso y el intercambio cultural que soñó el gran artista uruguayo.

 

 

 

 

 

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