Caperucita Roja, de Jean Carlus

Al igual que en varias otras ciudades alrededor del mundo, la protagonista de uno de los cuentos clásicos de la literatura infantil mundial, tiene su propio homenaje en medio de los bosques de Palermo.
Por Martín Sassone

 

El de Caperucita Roja es uno de los textos más populares de la infancia. Se trata de un cuento de transmisión oral, difundido por gran parte de Europa, que fue plasmado en diferentes escritos, primero por Charles Perrault a fines del siglo XVII, y más tarde por los hermanos Grimm. Según ese relato, una niña que llevaba una capa roja, era enviada por su madre a visitar a su abuela enferma en el bosque. En el camino se topa con un lobo que la despista y llega primero a la casa de la abuela. El lobo se disfraza como ella y trata de engañar a Caperucita. La moraleja es que hay que evitar desviarse del camino, no confiar en extraños y nunca bajar la guardia.

En la ciudad de Buenos Aires, un monumento rescata la figura del tradicional personaje. Está ubicado sobre un sector de la Plaza Sicilia, en Avenida Sarmiento, casi Avenida del Libertador, en Palermo. La escultura fue realizada por el escultor francés Jean Carlus y comprada por la Municipalidad en 1937. Carlus (1852-1930), era oriundo de la zona de la Dordogne, fue miembro de la Societé des Artistes de su país desde 1886 y sus trabajos recibieron múltiples premios.

Originalmente la estatua se instaló en la Plaza Lavalle, hasta 1972, cuando fue trasladada a su ubicación actual, un bosque, como aquel del cuento. En 2009, de un día para el otro la obra desapareció y eso llamó la atención de los medios y el Ministerio de Ambiente y Espacios Públicos porteño tuvo que salir a explicar qué había sucedido. La habían llevado al Centro Cultural Recoleta como parte de la muestra “Carlos Thays, un jardinero francés” que realizaba la Ciudad y la Embajada de Francia. Antes de ser exhibida la obra fue restaurada porque había sufrido algunos daños.

La estatua de mármol cincelada por Carlus no supera los dos metros de altura y representa a Caperucita y al lobo. En su rostro, la niña muestra cierta inocencia, exhibe largos bucles y lleva un ramo de flores en una mano y una canasta con alimentos en la otra. Por detrás, el lobo aparece al acecho. Su nombre original fue Le petit chaperon rouge. No es la única obra sobre Caperucita emplazada en un paseo: también hay en Australia, Alemania, Rusia y España, entre otros países.

Además de la escultura, en Buenos Aires hay otra referencia al cuento. Es la calle Caperucita, de una sola cuadra, entre Picheuta y Avenida Del Barco Centenera, en la zona de Parque Chacabuco. 

 

 

 

 

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