Pionero en el uso de tocadiscos como instrumentos musicales para crear collages sonoros, el artista y compositor norteamericano es considerado el "inventor involuntario del turntablismo".
Desde sus inicios en la experimentación sonora, Marclay se ha erigido como un artista de inigualable ingenio y versatilidad. The Clock, su obra más ambiciosa, le valió un León de Oro en la Bienal de Venecia de 2011.