Fiel a sus ideas estéticas, Fernando Botero persistió en su estilo inconfundible, que hoy a su muerte, se vuelve gigantesco. La distorsión de sus cándidos personajes ofrece reflexiones crueles y mordaces.
El barrio de Retiro cuenta con un cuidador de bronce que no pasa desapercibido. La escultural obra del artista colombiano es un imán fotográfico para turistas y vecinos.