Es una de las figuras del avant garde japonés y su obra Throne, una escultura dorada de diez metros de alto impacto, recibe a los visitantes que atraviesan la pirámide vidriada que da el ingreso al Museo Louvre de París.
El artista japonés hace especial foco en las superficies y materialidades de sus increíbles esculturas con el fin de generar percepciones sensoriales que desafíen las barreras entre lo físico y lo virtual.