El artista californiano, conocido por la ambición de sus proyectos, trasladó en 2012 la roca más grande que se haya movido desde la época de los egipcios, para colocarla en el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles.
Finalmente la obra más ambiciosa del artista californiano abrió sus puertas en pleno desierto de Nevada. El amplio complejo de estructuras minimalistas al aire libre costó cuarenta millones de dólares.