Con su provocativo uso del color consolidó el lenguaje plástico moderno, y alcanzó la belleza a través de la armonía entre materia y emoción, sin la necesidad de describir para conmover.
Situada en las afueras de Niza en la Costa Azul, esta pequeña edificación religiosa, es el último legado del máximo pintor fauvista francés, que diseñó a sus casi ochenta años.