La videoinstalación de la artista argentina estrenada en 2010 aborda la contradicción entre una acción y su resultado, hasta alcanzar la absoluta exasperación.
Ubicado dentro de un proyecto inmobiliario en desarrollo, las obras encomendadas para el nuevo emprendimiento de Eduardo Costantini materializan la naturaleza propia del entorno.
Oriundo de lo profundo de la Amazonía brasileña, sus creaciones cargadas de color, psicodelia y activismo aborigen, alcanzaron grandes museos y galerías en pocos años, hasta su inesperado fallecimiento en 2021.
Postergada durante décadas, se consagró en la Bienal de Venecia y en Documenta. Ahora recibe en Buenos Aires una merecida retrospectiva de su vasta producción.