Con su provocativo uso del color consolidó el lenguaje plástico moderno, y alcanzó la belleza a través de la armonía entre materia y emoción, sin la necesidad de describir para conmover.
Audaz protagonista de la escena parisina de prinipios del siglo XX, contribuyó a sentar las bases del fauvismo. Su sensibilidad contenida y uso expresivo del color le permitieron crear obras vibrantes y armónicas.