En las afueras de Kioto, inmerso en la montaña, se encuentra este particular templo protegido por una multitud de pequeñas figuras tradicionales realizadas en piedra volcánica.
Con una arquitectura que deja sin aliento, el predio descomunal de Fo Guang Shan fue diseñado para promover el budismo. El museo y el templo están coronados por una de las más grandes esculturas dedicadas al Gran Buda en el mundo.