Con referencias a la cultura pop, las animaciones, el graffiti y las historietas, su cuerpo de obra explora el dibujo y la pintura a través del aerógrafo. Diálogos poéticos y políticos desde una perspectiva queer y feminista.
Su producción, que atraviesa la estética kitsch y se para entre lo queer y lo trash, abarca la pintura, el dibujo, la escritura, el collage, la fotografía, el gif, el tattoo y la instalación.
Sus instalaciones en base a geometrías con retazos de cubismo y suprematismo, funcionan como un patio de juegos que abre una dimensión queer con perspectivas transfeministas.
Entre la performance y la pintura, su búsqueda indaga los márgenes, con los pies en el under y la cultura queer, sus protagonistas ponen el cuerpo y se adentran a un mundo de excesos habitado por disidentes salvajes y despiadados.