La enormidad del lugar —luminoso, con distintas salas y patios externos—, junto a la voluntad de sus emprendedores, hacen de este espacio ubicado en el barrio de Reinickendorf, que abrió sus puertas en 2019, uno que lleva a la versatilidad y la transformación como estandarte.
“Como el sol que sale cada mañana, nuestra renovación es constante y eterna”, afirman desde la plataforma. Siempre dispuestos a encontrar sinergias entre distintas disciplinas, la disparidad de los proyectos que presentan dan cuenta de ello. Desde exposiciones de arte digital a fotografías, de performances a clases de cocina, de fiestas y dj sets a workshops y conferencias, de experiencias holísticas a conciertos de música clásica. Todo un abanico de posibilidades se esconden entre los altos muros de ladrillo y cemento de la antigua fábrica.
Bajo el lema “monopolio de la gente”, un elemento clave para Monopol es fomentar la responsabilidad social, la expresión artística y la creatividad cultural. ¿Cómo? Funcionando como un punto de unión entre locales y extranjeros. Ya que de esta forma, entienden se genera una comunidad heterogénea que puede dar lugar a creaciones únicas.
Una de ellas fue BAAM: Berlin Affordable Art Market (o el Mercado de Arte Asequible de Berlín). Una feria de arte en donde durante tres días el hincapié estuvo puesto en la venta de piezas artísticas a precios accesibles. El acercar a un público diverso al arte y la cultura es uno de los objetivos del espacio, así como también cambiar el status quo de la industria alimenticia y explorar nuevas tecnologías de vanguardia.
Pantallas gigantes conquistan el espacio mientras dentro de ellas se arman y desarman hipnóticos diseños de arte lumínico. A la vez, suena música electrónica envolvente, transportando al visitante a otro universo. El juego óptico y auditivo asalta los sentidos haciendo de la experiencia única. Es Refractive index la última experiencia alojada en el centro cultural, obra del artista audiovisual Monocolor; desarrollada dentro del programa de residencias que auspicia y alberga Monopol. Durante el programa —que duró dos semanas—, los visitantes tuvieron la posibilidad de recorrer las diferentes salas de la ex destilería. Estas fueron tomadas, como si fuese un espacio de cowork, por diversos artistas para exponer y crear en contacto con otros. El proyecto de estas residencias pretende difuminar las líneas que puedan llegar a existir entre galería de arte, espacio performático, recital musical o expresiones multimedia.
Monopol vino a revivir esta locación que por años se mantuvo inactiva y hasta abandonada. Aun así, por más de la cantidad de eventos y actividades que han organizado, desde su administración afirman que el proyecto no está terminado, sino que se encuentra en etapa de desarrollo. “Nuestro objetivo central es dar lugar a un campus en donde toda persona sea bienvenida a aportar una idea y en conjunto encontremos la forma de llevarla a cabo”, enuncian en su página web.