Su praxis huidiza establece posiciones arqueológicas y genealogías posibles a modo de justicia poética, en torno al patrimonio de meteoritos caídos en Campo de Cielo.
Con una colección que va del Medioevo a lo contemporáneo, el complejo ubicado en las afueras de Los Ángeles es un plan imprescindible por sus dimensiones, jardines, arquitectura y diseño.