Viernes, 15 Agosto 2025

Faivovich & Goldberg: el acto de desenterrar el pasado

Su praxis huidiza establece posiciones arqueológicas y genealogías posibles a modo de justicia poética, en torno al patrimonio de meteoritos caídos en Campo de Cielo.
Por Fernando García Miércoles, 13 de Agosto 2025

 

Decir que Guillermo Faivovich (Buenos Aires, 1977) y Nicolás Goldberg (París, 1978) representan la fase meteórica del arte contemporáneo argentino no cabría en el reino de la metáfora (o la hipérbole), sino que se atiene a una literalidad estricta. Las armas de este dúo, que forma parte de la escena del arte contemporáneo solo por su praxis huidiza, está en la búsqueda imposible de las auténticas fuerzas del cielo: el mayor aluvión de meteoritos caído sobre la Tierra. Esto sucedió hace unos cuatro mil años en una zona a la que las procesiones geológicas dieron en llamar Campo del Cielo, que en ese entonces no era la provincia del Chaco (una de las últimas en adquirir ese estatus en 1951 luego de ser Territorio Nacional) ni parte del Virreinato del Río de la Plata, ni tampoco el lugar descripto por el navegante portugués Alejo García hacia 1520. Más atrás se diría mal que ese llano elegido para la descarga masiva de rocas de aire era tierra de nadie. Mocovíes, pilagáes, abipones, wichís o matacos debieron de haber presenciado el fenómeno como una avant premier del siempre postergado fin del mundo.

“¿Y qué pasaría entonces, cuando ya todas las antigüedades del mundo estuvieran a la vista? Preferiría no pensarlo. Un mundo sin misterio era un mundo que no valía la pena transitar. Por suerte él no viviría para verlo”. Así escribe César Aira en El Arqueólogo, su última novela editada en julio de 2025 pero terminada en el invierno de 2022 en el barrio de Flores. Para ese momento, el dúo de artistas argentinos apuraba las gestiones para que el Museo de Historia Natural de Viena enviara desde la antigua capital del Imperio Austro-Húngaro al Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, los únicos 19 gramos restantes que se cree que formaron parte del Mesón de Fierro o Meteorito de Otumpa, la roca mayor que hundió la tierra en Campo del Cielo.

La piedrita llevaba más de un siglo en Viena sin identificación precisa hasta que en 2019 estos dos artistas que tomaron posiciones de la arqueología y la geología establecieron una genealogía posible. En sus indagaciones, la ruta del expolio sobre el Otumpa (voz derivada del “motumpa” chiriguano designado para “endiosar, divinizar”) llevaba hasta la colección que los Habsburgo establecieron en 1889 y que hoy reúne 20 millones de objetos. Entre ellos la Venus de Willendorf, de 24 mil años de antigüedad.  

La exhibición en Buenos Aires fue breve, liviana,19 gramos de justicia poética, que convirtieron a Faivovich & Goldberg (quienes trabajan sobre Campo del Cielo desde 2006) en dobles de riesgo del arqueólogo moldavo sobre el que escribe Aira en su flamante cuento de hadas dadá (tal como se refiere a sus propias obras). 

Al fin de cuentas, el bravo Otumpa debería ser regresado al cosmos de donde se desprendió de forma violenta dos mil años antes de Cristo. Y lo que Faivovich y Goldberg hicieron fue, como en la novela corta, una reflexión artística sobre el acto de desenterrar el pasado. Si hay una antigüedad (no suele hablarse así de los meteoritos pero vaya que lo son) que no podrá reponerse y hacerse visible, es esta roca cuyo misterio eterno tranquilizaría la conciencia del arqueólogo moldavo tan angustiado por el devenir de una ciencia (la arqueología) contrastada con su negativo, la maldición. Otro trabajo para nuestros artistas-geólogos-detectives: trazar la ruta maldita de los profanadores del gran pozo chaqueño.   

   

 

 

 

 

LOGO FOOTER

Contacto: info@elojodelarte.com
elojodelarte.com ® Una plataforma de LittleBull Prod. © 2025 Todos los derechos reservados.

Este sitio cuenta con el auspicio de Buenos Aires Ciudad

Este sitio fue declarado de interés cultural por la Honorable Cámara de Diputados de la Nación y la Legislatura Porteña

Alpha
darkmode