Open Wound, la instalación a gran escala de la joven artista coreana, es un monstruo que consigue hacernos espectadores de la posthumanidad y de las ruinas industriales al mismo tiempo.
Sean planos, mapas o latas de aceite, la dimensión proyectual de la disciplina es propuesta en sus obras como gesto inestable. El conceptualista que cruzó los límites entre arte y arquitectura.
Del registro del amor con su esposa hasta la denuncia por parte de una de sus musas, la obra del fotógrafo japonés condensa poderosos momentos de crudeza y erotismo.
Meditaciones matinales en modo micro-cine continuado, por parte de la gran pintora que en los años 60 formó parte del grupo que revolucionó la percepción artística de la Argentina.
El colectivo danés plantea la idea de una realidad post-apocalíptica después de la humanidad en el mundo. Un giro distópico que imagina la continuidad de todo lo que nos rodea sin nosotros.
Los paisajes impresionistas de sus pinturas ya no representan la idea popular capitalista de robar un banco, sino directamente la fantasía vandálica de quemarlos.
Una síntesis de exceso sostiene las figuras de la artista alemana. Como un resquicio por el cual la realidad traficara con la ficción para volverse sobre nuestros miedos y deseos.
El fetichismo automotor y feminismo sublimado de sus pinturas trasciende cualquier justificación ideológica para poner de manifiesto el puro goce estético.