La naturaleza muerta de 1978 (momento de delirio e insensatez político y social), remite a ese espacio mítico de la escena porteña y por extensión de la Argentina. El artista hijo de una época que supo batallar contra su época y volverse intemporal.
Fue el artista más destacado de su generación y uno de los más influyentes del siglo XX. Su estilo neoexpresionista engendrado en las calles y el ‘under’ neoyorquino lo catapultó a la fama mundial.
Meditaciones matinales en modo micro-cine continuado, por parte de la gran pintora que en los años 60 formó parte del grupo que revolucionó la percepción artística de la Argentina.
Las curadoras Jill Lloyd y Janis Staggs analizan los aspectos más destacados de uno de los artistas alemanes más importantes de comienzos siglo XX, en la retrospectiva realizada en Nueva York en 2019.
Óleos sobre tela que te transportan a universos metafísicos, donde los paisajes y sus protagonistas plantean una realidad surrealista que circula entre lo distópico y lo ancestral.
Un choque explícito de cultura pop y perspectiva queer. Pinturas de gran tamaño que presentan historias en las que se destacan momentos de ocio, la fuerza de la naturaleza, la arquitectura, la moda y el imaginario erótico lésbico.
Ofrendas de pasteles en tonos pasteles, nadadores que flotan entre óleos y un sinfín de objetos expuestos con delicadeza, testigos de un final de fiesta, son los protagonistas en la obra de Kusel.