Con un imaginario que incorpora los cielos de la pampa bonaerense, la enciclopedia estudiantil, y a seres fantásticos del pop, su obra impacta por una textura muy personal y por altas dosis de humor irónico.
Recorremos Central Park, hablamos con Eugenio Cuttica que tiene su taller ahí, recordamos a un maestro de la mano de una de sus discípulas y también hablamos de divas y fauvismo.
El pintor letón-estadounidense revolucionó el expresionismo abstracto al convertir sus monumentales campos de color en espejos de la emoción humana más íntima.
Pinturas, performances e instalaciones canalizan un universo heredado de cuatro generaciones familiares en torno a las flores, donde la belleza y las historias se unen en un bouquet de simbolismos.
Sus obras exploran mundos fantásticos y paralelos, donde a través de personajes no humanos hace referencia a relaciones, cuidados, afectos, miedos y a sí misma.
Una visión desenfadada, en la que el erotismo y el humor invitan a la reflexión y cuestionan los límites entre la intimidad y la exposición pública. Una obra que busca explorar relaciones con el modernismo y el cómic.
Pinturas que narran cuentos visuales poblados de personajes, símbolos y paisajes. Desde lo autobiográfico, rescata el costumbrismo y la memoria en escenas de amor, pérdida y cotidianeidad que invitan a mirar lo esencial.