La escultora coreana que se instaló en Buenos Aires en la década del ochenta y trabaja en escultura, pintura y grabado, sigue vigente actualmente con sus casi 90 años.
Considerada una de las obras más icónicas del padre del videoarte, el reflejo catódico de Buda TV supo condensar en una escena zen, el vacío metafísico de la imagen mediática.
Las prácticas transdisciplinarias del artista coreano integran ciencia y tecnología en instalaciones que desentrañan universos mecánicos con esculturas que van de lo poético a lo pesadillesco.