Una pintura conmovida por su propio movimiento. El realismo crítico de un pintor que se somete a las cosas, que en el fondo sabe que el mundo es una composición insólita de colores, líneas, luces y sombras.
Símbolo de la Modernidad, la obra representa el avance del capital, la industria y la técnica. Una mirada perspicaz sobre el legado del artista francés, de la que participan Marx, Berman, Manet, Benjamin y los hermanos Lumière.