La gran escultura homenaje al Libertador de América lleva estoica en la cima del barrio de Retiro desde mediados del siglo XIX. Es uno de los principales monumentos del patrimonio urbano de la ciudad.
Conocida como Torre de los Ingleses, fue un regalo de los residentes británicos por el centenario de la Revolución de Mayo. Inaugurada en 1916, es una protagonista destacada de la arquitectura porteña.
Tallada en mármol de Carrara por el escultor francés, llegó a la Ciudad de Buenos Aires a principios del siglo XX. Encarna la incertidumbre y vacilación humana ante la creencia religiosa.