En solo cuatro días que duró el evento concurrieron más de 7000 visitantes y se vendieron cerca de 300 obras. Uno de los requisitos para que las galerías puedan participar de la feria fue que presentaran artistas del noroeste argentino (NOA), y que sumaron un total de 258. Fue una iniciativa pública y privada articulada a través de la subsecretaría de cultura de la Provincia de Salta -representada por Claudia Lamas-, el grupo AccionArte -conformado por Esteban Drincovich, Virginia Blaquier y Alfredo Muñoz- y la participación de Proyecto Norte.
“Nunca nos imaginamos el interés que despertó por parte de tantas galerías que se anotaron para participar y la cantidad de coleccionistas que se acercaron desde distintos puntos del país”, comentó Muñoz, que además de ser uno de los organizadores es coleccionista y artista. La feria había sido pensada para 20 galerías pero ante la presentación de tantas propuestas llegaron a ser 34. En su mayoría estuvieron presentes espacios de Salta, Tucumán y Jujuy, aunque también se incorporaron Rosario, Córdoba y Buenos Aires con artistas de la región.
Además de las piezas de cerámica y los textiles de pueblos ancestrales, los coleccionistas apuntaron también a expresiones contemporáneas relacionadas con lo conceptual y lo transdisciplinario; así como también, los grandes maestros del NOA.
Algunos representantes del arte de las comunidades originarias fueron el ceramista Eugenio Martínez en la galería Diego Obligado. Según contó el artista, cada personaje surge de los sueños, contienen un espíritu que se manifiesta en una mezcla de barro y huesos molidos. Por su parte la pintora wichi Emilia Ferreyra de la Misión Chaqueña, refleja en las telas el modo de vivir de los pueblos aborígenes de Salta. Ambos artistas obtuvieron un reconocimiento por su trabajo. Martínez recibió el Premio In Situ, otorgado por los coleccionistas Joaquín Rodríguez y Abel Guaglianone, y Ferreyra recibió el Premio Fausto, a cargo de la galería homónima.
También se destacaron artistas como Roxana Ramos con dibujos sutiles exhibidos en la galería Remota; que reivindican las tradiciones de la ciudad de Cafayate, obtenidos como resultado de rodar un palo de amasar con púas (que se utiliza para airear la masa) sobre papel carbónico de colores. Esta acción la realiza en referencia al oficio de su padre y abuelo que fueron panaderos. Ramos además sorprendió en el cerro San Bernardo con una performance manipulando una pala con harina y movimientos circulares, que gracias al viento zonda cubrió con este polvo al público de los primeros asientos.
Por su parte, Soledad Dahbar, artista conceptual y gestora de La Arte (plataforma de comercialización de producción artística de Salta), hizo referencia a temáticas locales e internacionales con una escultura que graficaba el crecimiento de la producción mundial de oro en los últimos 120 años. Una imagen sobre las tensiones que generan en la sociedad contemporánea los metales y los minerales.
Karla Buzo, también representada por La Arte, presentó composiciones abstractas a partir de fibra de lino natural que ella misma cultiva en la ciudad de San Carlos. Se trata de textiles hechos en telar, práctica comunitaria que se perdió en Argentina y que la artista intenta rescatar en su búsqueda. Fue otra de las galardonadas con el Premio In Situ.
Ana Benedetti, artista y directora del espacio Rayuela de Salta, reflexiona sobre la pintura como lenguaje y el paisaje como género, en investigaciones y experimentaciones que lleva adelante con la luz y el color, en las que apela a formatos instalativos; por ejemplo, con la tela en colores del atardecer que se pudo apreciar en su stand.
Guido Yannitto, artista y subdirector de la galería Remota, exhibió su obra enfocada en el arte textil desde una óptica contemporánea. En su stand se pudo ver uno de sus grandes tapices. Como señala la curadora Florencia Qualina, “las similitudes entre los textiles y las tecnologías digitales son asombrosamente pronunciadas: cuadrícula, red, web, hilo. Yannitto ahora está recuperando las prácticas textiles para restablecer su propia identidad, relaciones y conexión con el mundo y los defectos humanos al subvertir el control tecnológico”.
Por otro lado, la producción de algunos de los grandes maestros del noroeste argentino estuvo representada por la salteña Maria Martorell con sus famosas abstracciones centradas en un movimiento continuo mediante bandas ondulantes de colores, que se pudieron ver en distintos stands de la feria. También estuvieron los tapices de Carlos Luis ‘Pajita’ García Bes, quien descubrió en el textil la fibra noble para dar cuenta de la historia americana, con las ceremonias, las leyendas, la música y la danza de raíz ancestral. Otro destacado fue la serie de tintas hechas con pluma de ganso sobre papel, realizadas por el artista riojano Miguel Dávila un año antes de fallecer. Presentado por la galería SashaD, Dávila fue una figura destacada de la renovación plástica de los sesenta y formó parte de la Nueva Figuración.
Un acierto de la feria fue el ciclo de charlas coordinado por Freddy Suarez, que en algunas ocasiones agotó su capacidad y varias personas se tuvieron que sentar en el suelo o se quedaron paradas para no perderse el evento. Algunos de los encuentros más celebrados fueron la presentación del director del Museo Nacional de Bellas Artes, Andrés Duprat y el panel de coleccionistas con Juan Cambiasso (Buenos Aires), Esteban Drincovich (Salta), José Luis Lorenzo (Córdoba) y Joaquín Rodríguez (Buenos Aires).
Con gran convocatoria, ventas y entusiasmo cerró exitosamente la edición 2024 de FAS, un evento cultural de gran valor para el NOA. Para Claudia Lamas, subsecretaria de Patrimonio de la Provincia de Salta, esta primera edición fue un sueño hecho realidad, largamente esperado por la comunidad artística de Salta y todos los organizadores, “pudimos mostrar a toda la Argentina la calidad de nuestros artistas y los distintos tipos de producción tradicional y contemporánea que hay en esta región”, concluyó.