Sus instalaciones en base a geometrías con retazos de cubismo y suprematismo, funcionan como un patio de juegos que abre una dimensión queer con perspectivas transfeministas.
Su serie de avatars disuelven la danza en el no cuerpo digital del live motion, mientras transitan por universos cyberfunk de animé, porno, videojuegos y deidades electro-budistas.
Inaugurada en 2022, es la estatua a escala real de un robot Gundam más grande que existe en la actualidad. Con sus veinticinco metros y ochenta toneladas, custodia la entrada de un centro de compras en el suroeste de Japón.
Leyenda de culto que marcó la estética visual de los años ochenta, el artista japonés ha desarrollado un imaginario hiperrealista de sensualidad robótica sin precedentes.