Con la intención de incentivar el desarrollo de talento local este centro cultural se erige como una innovadora pequeña ciudad entre las arenas de Dhahran. Enormes estructuras metálicas simulan una colección de piedras y reflejan el sol de oriente. Por dentro: eternas escaleras mecánicas rodeadas de libros, pasillos, teatros, aulas ultra tecnológicas, salas expositivas, museos, restaurantes y jardines conforman a Ithra, cuyo nombre en árabe significa enriquecimiento.
Fundada por Saudí Aramco en 2018, este suntuoso y ambicioso proyecto se ocupa de difundir conocimientos, funcionar de incubadora, estimular la inspiración y potenciar la cultura saudita. Es el espacio ideal para diseñadores, escritores, músicos, cineastas, artistas plásticos y performáticos; donde se les ofrecen premios, cursos, workshops y becas. “Ithra tiene como objetivo colocar a la Provincia Oriental de Arabia Saudita en el mapa cultural global”, describe Ali Al-Saadi, especialista en sistemas bibliotecarios y servicios técnicos del centro.
Con la intención de convertirse en el núcleo creativo de la región nada se dejó librado al azar; desde su concepción arquitectónica hasta su ubicación y conexión con la historia de su país. Su construcción estuvo en manos de Edmund Happold, talento detrás de otros mega proyectos culturales como la Opera House de Sydney, el Centro Pompidou de París, el pabellón central del Museo Británico o el Millennium Dome en Londres.
Lo diseñó como una formación rocosa, en donde a pesar de estar compuesto por elementos estructurales separados, diferentes y que pueden sostenerse por sí solos; juntos, se potencian y forman una sola unidad. Rocas que se apoyan entre sí y dan lugar a una masa sólida en donde el conjunto es más importante que la suma de sus partes. Con la solidaridad y evolución como bastión, el concepto detrás de la construcción del estudio de arquitectos Snøhetta, se ancla en el pasado sin dejar de mirar hacia lo venidero. Las partes subterráneas de estas piedras de acero gigantes funcionan como símbolo del pasado, las que se encuentran a nivel del suelo encarnan el presente y su elevación hacia los cielos el futuro.
El centro le rinde homenaje a la riqueza generada por el descubrimiento de petróleo en la zona. De hecho, su ubicación no es aleatoria, sino que fue levantado en el desierto de Dhahran cerca del primer yacimiento comercial de petróleo del país. A su vez, Ithra alberga un espacio expositivo dedicado pura y exclusivamente a la extracción de petróleo y energía. Aun así “nos interesa también que nos represente otro tipo de fuente de energía: la creatividad humana”, afirman desde la institución.
Como faro de conocimiento, el Centro Rey Abdulaziz para la Cultura Mundial alberga más de 100000 m² dedicados al arte, la formación, la cultura, la ciencia y la creatividad. Por sus puertas han pasado más de 4 millones de visitantes, más de 360000 libros, 20 exposiciones, 6 ediciones del Premio Ithra a las Artes, 22 proyectos cinematográficos y miles de talleres. El rol de la tecnología es primordial, ya sea como herramienta o soporte, desde inteligencia artificial hasta realidad virtual. Allí se la desarrolla, se la utiliza y se la hace disponible para otras instituciones.
En este espacio alejado del ruido de la ciudad, las oportunidades fluyen y las ganas de crecer, aprender, desarrollarse y disfrutar son el principal activo. “Creo firmemente en cuidar de los jóvenes talentos, apoyar a los profesionales y tener una conversación global. El invertir en las mentes sauditas solo nos va a ayudar a sobresalir en el futuro”, afirmó Noura Alzamil, responsable de programas del centro en una entrevista de Arab News por la participación de Ithra en la Semana del Diseño de Milán.