Mezquitas (Irán): los templos alucinantes

Majestuosos y de proporciones monumentales, los santuarios islámicos de Irán se destacan por sus propuestas innovadoras con patrones geométricos y cromáticos que vuelven única la experiencia mística.
Por Ignacio Marchini

 

En el Islam, las mezquitas son lugares sagrados donde sus seguidores pueden juntarse a orar y profesar su fe de manera colectiva. La primera de ellas, según las creencias islámicas, fue la Kaaba, construida por el primer hombre, Adán, y reconstruida por primera vez por uno de los tres patriarcas del judaísmo, Abraham. Los musulmanes creen que fue rehecha varias veces a lo largo de la historia, y actualmente se encuentra albergada dentro de la Gran Mezquita de La Meca, el templo musulmán más importante del mundo. La Kaaba es el lugar sagrado y de peregrinación por excelencia de la religión islámica, y es hacia ella que sus creyentes se orientan, estén donde estén en el mundo, cuando realizan alguno de sus cinco rezos diarios. 

Las mezquitas surgieron en la península arábiga pero hoy en día están en varias partes del mundo. La primera de ellas fue fundada en el año 622 por el profeta Mahoma, que colocó las primeras piedras en la ciudad de Medina (Arabia Saudita), luego de que emigrara de La Meca. Este edificio, conocido como la mezquita de Quba, fue el primer exponente de la arquitectura islámica. Este tipo de edificaciones toma sus preceptos a partir de la combinación de los modelos de construcción de los romanos, los egipcios, los persas y los bizantinos. El primer hito de la arquitectura islámica perdura hasta el día de hoy: la Cúpula de la Roca, un monumento ubicado en la ciudad de Jerusalén, terminado a finales del siglo VII.

Este domo dorado tiene ciertos rasgos que se volverían distintivos de la arquitectura islámica: las superficies abovedadas, los mosaicos simétricos, las cúpulas y los patrones arabescos (un tipo de arte pictórico que imita hojas y vegetación y que se usa de forma iterativa para decorar los muros y techos de las mezquitas). Sin embargo, el nivel de expansión que han tenido los pueblos musulmanes a lo largo de su historia hace que haya múltiples variaciones e incorporaciones dentro de las construcciones islámicas, dependiendo de la región que analice. Así, en Irán, tenemos el iwán, un elemento arquitectónico de origen persa que consiste en un gran pórtico abovedado de forma rectangular, cerrado en tres de sus cuatro lados, que se abren hacia el patio central del edificio. Esta forma de construcción ha dado lugar a las mezquitas de iwán, características de Irán.

Entre las mezquitas de ese país hay varias que destacan por su belleza y por sus diseños innovadores. Nasir ol Molk es una de las más llamativas. Ubicada en la ciudad de Shiraz, es conocida por los enormes vitrales multicolores que forman figuras caleidoscópicas en el interior del edificio cuando los atraviesa la luz de la mañana. Conocida como la “Mezquita Rosa” por las baldosas de este color que copan varios de tus techos y paredes, la edificación respeta varios de los preceptos básicos de la arquitectura islámica (como los mosaicos simétricos, los techos abovedados y el uso de iwanes), a los que le suma patrones arabescos coloridos y chillones que inundan por completo las salas. Si la permanencia en el interior se hace demasiado abrumadora debido al juego de luces, que de tan intenso pareciera de origen artificial, siempre se puede salir a tomar aire al enorme patio rectangular que alberga la pileta central.

 

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Mezquita Nasir ol Molk 

 

Otro de los templos islámicos más conocidos de Irán es la Mezquita del Shah Jahan, en la ciudad de Isfahán. Construida a principios del siglo XVII bajo las órdenes de Abás el Grande, es reconocida como una obra maestra de la arquitectura persa. Sus mosaicos de siete colores diferentes en el portal de entrada son su marca característica. En los cuatro iwanes que dan al patio (una estructura recurrente en las mezquitas iraníes), los mosaicos en variaciones de azul y dorado con diseños arabescos parecen brillar como el oro cuando se encienden las luces y las miles de inscripciones islámicas en pintura blanca completan la experiencia religiosa que se experimenta dentro del templo.

 

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 Mezquita del Shah Jahan

 

Por nombrar solo un ejemplo más de las muchas mezquitas de Irán tenemos a Shah Cheragh, un mausoleo ubicado también en la ciudad de Shiraz, en el centro del país. Infamemente conocido por una masacre que tuvo lugar el año pasado, el monumento funerario alberga el cuerpo de Ba Ahmed, el monarca del reino de Marruecos durante finales del siglo XIX. En el exterior presenta varias similitudes a Nasir ol Molk, pero es en su interior donde se puede apreciar su característica distintiva. Las tumbas de su interior se encuentran recubiertas de millones de cristales de espejo verde que dan la sensación de encontrarse en el interior de una esmeralda. Las inscripciones en estuco en las paredes, las puertas cubiertas con paneles de plata y chapas de oro y el iwán que desemboca en un gran patio hacen de ésta una de las mezquitas más bellas del mundo.

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Mezquita Shah Cheragh

 

Las mezquitas iraníes son solo algunas de las centenares que son posibles de encontrar en todo el mundo. Construcciones majestuosas de proporciones monumentales, los templos islámicos de Irán se destacan por sus propuestas innovadoras, en los que la tradición se entrecruza con el uso de mosaicos coloridos y el aprovechamiento de la luz para generar patrones geométricos y cromáticos, que potencian la experiencia mística y la vuelven completamente única.

 

 

 

 

 

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