Verónica Gómez: “Mi obra apela a la didáctica”

Con más de veinte años de profesión, sus pinturas de carácter narrativo alcanzaron un récord de ventas en arteba 2024 y una de ellas ingresó a la colección del museo MALBA.
Por Mariana Gioiosa

 

Verónica Gómez toma elementos de la historia del arte para construir un lenguaje propio, valiéndose de la fantasía y la sátira. Su producción pertenece a la tradición animalística, y también están presentes el arte gótico y referencias estéticas de la clase media argentina del siglo XX. Recurre a la pintura metafísica y utiliza símbolos del Renacimiento y el medioevo. En todas las obras suele haber un personaje central que oscila entre el despotismo y la melancolía. Su muestra Las Vestiduras Peligrosas despertó gran revuelo en redes sociales por las críticas al gobierno de Milei. 

 

-¿Cómo te afectó la educación religiosa que recibiste de niña en tu desarrollo como artista?  

-Yo crecí en Palomar con una educación religiosa católica, dentro del movimiento de sacerdotes para el tercer mundo. Íbamos los domingos a la emblemática Basílica de Lourdes, que se encuentra en Santos Lugares. Ese contacto asiduo con el templo me permitió experimentar ciertos escenarios sagrados. Mi acercamiento al arte fue reciclar esa vivencia escénica, donde se apela a lo sagrado a través de la arquitectura y la composición de objetos dentro de ese espacio. Para mí el museo fue el nuevo templo, porque de alguna manera continuó esa experiencia de lo sagrado y el abordaje de temas existenciales como la muerte, la vida y el perdón. En el lugar de la cruz, ahora aparece otra cosa. 

 

-¿De qué manera volcás esta experiencia de lo sagrado en tu trabajo? 

-En las diferentes series que vengo realizando, parto de un espacio acotado para los personajes, íntimos, encapsulados, para encontrarse con una misma. En cuanto al espacio por fuera de la pintura, los elementos que pongo en una muestra, la disposición de los mismos, los revestimientos o las articulaciones es algo que conservo de esa vivencia. El diseño de montaje lo suelo hacer yo, es algo que no delego porque siento que es algo muy significativo para mi obra.

 

-Además de este poder que tiene el arte de conectarnos con lo trascendental, ¿considerás que es sanador? 

-Creo que el arte, si bien tiene una función terapéutica, no cura, en lugares donde hubo mucho dolor como cárceles u hospitales envían a un artista hacer algo, como si fuera un mago que conjura todo ese horror. El arte solo no alcanza.

 

-¿Y tu experiencia con el proyecto Vergel? 

-Trabajé en cuidados paliativos en el Hospital de Niños, con chicos y chicas que padecen enfermedades limitantes para la vida. En ese momento pude comprobar la acción terapéutica del arte, que no cura, pero en grandes dosis produce un cambio muy visible. Se le propone a los chicos un cambio de rol: de pacientes a pequeños artistas. El proyecto Vergel creado por Catalina León busca entablar un lazo con los artistas tutores donde los niños luego de hacer varios trabajos, en un momento empiezan a colgarlos en las habitaciones. Se pone de manifiesto el poder transformador del arte, la disposición de las obras en el espacio, los lazos humanos que se producen alrededor de esos objetos, es muy poderoso.

 

-También le das mucha importancia a tu rol de docente. ¿Sentís que retroalimenta tu obra?

-Sí porque mi obra apela a la didáctica. Hay un montón de elementos cargados de sentido, es narrativa y requiere una explicación. Ejercer ese rol de docente me ayudó a cerrar muchas ventas en esta edición de arteba (dice entre risas), que se concretaron también a partir del gran trabajo de la galería Cott

 

-¿Tenés rituales a la hora de producir una obra? ¿Cómo fue tu preparación para desarrollar esta serie? 

-No suelo escuchar música a la hora de ponerme a pintar, tiendo al silencio. Disfruto del sonido ambiente, en el microcentro hay ciertas horas que son muy lindas como el atardecer que es el horario en el que las palomas vuelven a sus nidos y se escuchan sus gorgojeos. Me gusta porque indica que el microcentro se está quedando vacío y es un momento metafísico, misterioso y bello. Aunque a veces me obsesiono con una canción y la escucho todo el día. Lo repetitivo calma, volvemos así a la liturgia de la iglesia, al rezo y el guión de la misa todos los domingos. La muestra que realicé para la inauguración del nuevo espacio de Cott me llevó nueve meses, escuché mucha radio, noticias y análisis políticos, inclusive llegué a oír sesiones enteras de la cámara de diputados y muchas frases se transformaron en obras. 

 

-¿Por qué los personajes presentan características de animales? 

-Hay algo de la fábula en la actualidad, yo siempre pinté animales y hoy es el reino de los animales en el sentido que todos los personajes políticos representan alguno.  

 

-¿Cómo surgió el servicio de retrato de mascotas y qué te quedó de esta experiencia?

-Surgió como una conjunción de algo que siempre me interesó y la necesidad de generar ingresos. Retraté animales por encargo durante tres años y terminó con una muestra en el Museo Sívori en el año 2013 , no solo se veían mascotas habituales como gatos o perros, sino también iguanas, loros, tortugas, caballos.

 

-Andy Warhol también hacía retratos de mujeres pudientes por encargo, con la finalidad de ganar dinero.

-Sí, fue una salida comercial con un formato más pequeño y a pedido, que en ese momento no estaba muy bien visto, de hecho, tuve algún comentario del tipo “¡estás arruinando tu carrera!”, (dice nuevamente entre risas). Para mí era coherente con mi práctica artística. Le di el nombre de Servicio de Retrato de Mascotas y se presentó como “una exploración estética de la personalidad de tu mascota”. Estaba organizado así: yo iba a la casa donde vivía la mascota, observaba el entorno y hacía una entrevista bastante exhaustiva a los dueños. Les preguntaba por ejemplo cómo llegó a sus vidas esa mascota, con qué se imaginan que sueñan, porqué le pusieron ese nombre y si fuera un actor o una actriz que personaje sería. Algunas de esas entrevistas también se presentaron en la muestra. Me interesó este trabajo porque la mascota es un lugar de las proyecciones de los dueños, si bien en el retrato aparece la mascota, todo el entorno es un retrato de sus dueños. Estos trabajos artísticos son más accesibles, están dirigidos a un público de clase media baja o inclusive humilde. Como la experiencia con el proyecto Vergel, ese arte que se vuelve accesible y no por ser accesible o funcional, en el caso de una obra por encargo, es menos profundo o interesante.

 

-Además se realizan encargos tácitos en el mundo del arte.

-Sí, muchas veces el artista va haciendo trabajos por encargo, aunque nadie le diga qué hacer. La tendencia produce una cantidad de obras por encargos tácitos del artista que quiere acoplarse en esa tendencia que se puso de moda.

 

-Lejos de un encargo tácito, esta obra resuena fuertemente con el contexto convulsionado de la actualidad, analicemos algunos de los elementos que aparecen.

-Recuerdo cuando participé de II Bienal del Fin del Mundo, en el ex presidio de Ushuaia, con la instalación El Reino del Castor, una artista de esa ciudad me dijo  “a vos te ponen en un lugar, te impregnás de eso y desde ahí sale tu obra”.  Si bien hay algo de cápsula que me define, creo que es una cápsula muy porosa, de muy fácil impregnación, entonces cuando el contexto se pone tan exaltado, una no es inmune, me sinceré con lo que está pasando y me voy a asomar un poco más. Así como antes hacía entrevistas para retratar una mascota, me sumergí en las noticias políticas del momento. En Las Vestiduras Peligrosas, las mesas que se quiebran, la mesa además de utilizarse como el lugar donde nos reunimos para comer, representa también un momento de comunidad, la mesa rota refleja la crisis de esos lazos comunitarios en el país y en el mundo. Aparecen muchos personajes corridos del cargo, satirizados, representados por animales y cuando sucede eso surgen “los monstruos” y “los salvadores”. En la última serie aparece también lo circense, el circo y también la crueldad, que son dos características de este momento del país. Creo que ahora estamos viviendo una exacerbación o falta de disimulo de esos dos aspectos. 

 

-¿Cuáles son los próximos desafíos?

-Voy a hacer una residencia en China y luego una muestra. La residencia se llama Mil gotas y se encuentra en las afueras de Beijing, en una villa artística que se llama Songzhuang, que está repleta de expresiones contemporáneas, museos y talleres de artistas. Tengo muchas expectativas de cómo me influenciará esa nueva cultura y su contexto. Me doy cuenta que a lo largo de los años me resulta muy satisfactoria la empatía que genera mi trabajo, que es apto a todo público. La gente se suele conectar desde el corazón, aunque por supuesto hay otras capas más intelectuales. 

 

 

 

 

 

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