El altorrelieve en mármol travertino de casi 8 metros de alto, que homenajea al general José de San Martín en el barrio de La Boca, es mucho más que una pieza escultórica: su historia resume los vaivenes políticos y culturales del país, la impronta de un artista local y las tensiones por la preservación de la memoria en el espacio público.
La obra, del escultor Roberto Juan Capurro (1903-1971), fue inaugurada el 18 de febrero de 1954 en la intersección de las avenidas Almirante Brown, Paseo Colón y Martín García, frente al parque Lezama. Promovida por la Comisión de Homenaje de La Boca al Libertador, integraba el paisaje urbano en el límite con San Telmo. El fuste central, tallado en mármol travertino nacional, mostraba a un grupo de vecinos rindiendo tributo al prócer con la inscripción: “GENERAL JOSÉ DE SAN MARTÍN – 1778-1950”.
Pero la obra no permaneció mucho tiempo en ese sitio. Tras el golpe de 1955 que derrocó a Juan Domingo Perón, la llamada Revolución Libertadora ordenó desmontarla. Según historiadores y testimonios del barrio, el altorrelieve permaneció durante años en depósitos municipales hasta que Benito Quinquela Martín intercedió. El pintor, creador del pasaje Caminito, gestionó la autorización para que fuera reinstalado en la esquina de Caminito y Del Valle Iberlucea, donde luce desde 1967 y se convirtió en una referencia inseparable de ese rincón porteño.
Sin embargo, el derrotero del monumento volvió a generar controversia en 2012 cuando la Legislatura porteña aprobó una ley que disponía su retorno al emplazamiento original de los años cincuenta. Algunas entidades barriales habían impulsado la iniciativa, pero la propuesta desató una resistencia inmediata de otros vecinos y organizaciones de La Boca, que se opusieron a quitar de Caminito una obra que sienten parte de su identidad cultural. El debate nunca pasó del plano formal: la norma se sancionó, pero jamás se ejecutó, y el relieve continúa hasta hoy en el mismo lugar donde Quinquela lo rescató.
La trayectoria de Capurro, autor de la pieza, ayuda a entender la importancia del monumento. Nacido en Buenos Aires en 1903 en una familia de marinos, estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes y obtuvo el título de Profesor Nacional de Dibujo en 1921. Desde joven participó en salones nacionales e internacionales y obtuvo distinciones como el Tercer Premio Nacional (1926), el Segundo Premio Municipal (1929 y 1933), el Primer Premio Nacional (1940) y el Gran Premio Adquisición (1942). Sus obras, con temas marineros y desnudos de fuerte carga emotiva, fueron elogiadas por la crítica por su plasticidad y expresividad.
Apodado como “el escultor del mar”, Capurro realizó exposiciones en Buenos Aires y Mar del Plata, viajó por Europa y América, y dejó piezas emblemáticas como Estrella de mar o el Monumento al pescador. Fue profesor en la Universidad de La Plata y presidente ad honorem del Museo de Bellas Artes de La Boca. Sus esculturas se conservan en el Museo Nacional de Bellas Artes, museos provinciales y colecciones privadas de Argentina, Europa y Estados Unidos. Falleció en Buenos Aires en 1971.
Hoy, el relieve sanmartiniano sobrevive no sólo como testimonio artístico, sino también como símbolo de las disputas por el uso del espacio público en la ciudad, entre el recuerdo de su emplazamiento original y la fuerza simbólica que adquirió en Caminito.