Conejos que saltan de un sitio a otro mientras las personas se deslizan por un tobogán hasta caer en una muñeca inflable de plástico. Esa experiencia imborrable se vivió en El batacazo de Marta Minujín, cuando se presentó en la galería Bianchini de Nueva York, en 1966. Aunque solo pudo visitarse durante una semana por una denuncia de la Sociedad Protectora de Animales fue un éxito rotundo. A la inauguración asistió Andy Warhol, quien ya había oído hablar del famoso happening con pollos de Minujín: tras el encuentro se hicieron amigos.
El batacazo (1965) recreado en la Pinacoteca de San Pablo (2023).
Inaugurada en el Instituto Di Tella un año antes, El batacazo contaba con un “espacio del deporte” que incluía varias siluetas de neón de jugadores de rugby en diferentes posturas, que se encendían y apagaban. En el “ámbito del playboy” el público descendía por un tobogán hasta caer en el rostro de la actriz italiana Virna Lisi. En el “ámbito del astronauta”, había varios muñecos de plástico. Y el “ámbito ecológico” incluía miles de abejas ubicadas entre paredes de vidrio, y conejos, que la artista caracterizaba como “formas blandas”.
El batacazo (1965) recreado en la Pinacoteca de San Pablo (2023).
Galería blanda (1973) es otra de sus más famosas instalaciones realizada con dos centenares de colchones. “El 50 por ciento de nuestra vida la pasamos en un colchón: nacemos en un colchón, morimos en un colchón, hacemos el amor, pasamos gran parte de nuestra existencia”, señaló Minujín, quien para sus primeros trabajos usó colchones sucios y desechados que conseguía en hospitales.
Galería blanda (1973) recreada en la Pinacoteca de San Pablo (2023).
Su primera versión de Galería blanda estuvo hecha con material simbólicamente potente. En Washington, alquiló 200 colchones a un cuidador del Cairo Hotel que había sido desalojado por una serie de asesinatos. Con ese material hizo un gran espacio donde sumó al público, y para el cierre de la exposición invitó a la misma gente a desarmar la ambientación.
Galería blanda (1973) recreada en la Pinacoteca de San Pablo (2023).
En 1985 Minujín le propuso a Warhol, a través de una performance, pagar la deuda externa que golpea a nuestro país con choclos, el denominado oro latinoamericano, que la artista señala “alimentó al mundo durante la Primera Guerra Mundial”.
Pago de la deuda externa argentina a Andy Warhol (1985).
Acaso la respuesta poética a este problema ya se encontraba en Comunicando con tierra (1976), su famoso nido de hornero gigante. Para esta obra Minujín recogió en Machu Picchu treinta kilos de tierra con los que realizó un nido, que exhibió junto con veintitrés bolsas de plástico de un kilo cada una con esa tierra mezclada con tierra local. Tras la muestra, las bolsas con tierra fueron enviadas a colegas de distintos países con la consigna de que la mezclaran con tierra del lugar y volvieran a enviarla a Buenos Aires, para que a su vez la artista la llevara de vuelta a Machu Picchu.
Comunicando con tierra (1976) recreada en la Pinacoteca de San Pablo (2023).
En vivo es el nombre de la mega muestra en la Pinacoteca de San Pablo que acaba de inaugurar en julio 2023 con más de un centenar de obras de la diosa del pop. Con curaduría de Ana Maria Maia, recrea no sólo El batacazo y la Galería blanda, sino que también el pago de la deuda externa con choclos y una versión del nido de hornero gigante, entre muchas otras obras emblemáticas que dejaron huella indeleble. En su versión para la Pinacoteca, El batacazo no incluye conejos vivos y los deportistas de neón son jugadores de fútbol de Brasil y Argentina. La Galería blanda, por su parte, se exhibe en esta ocasión con un conjunto de colchones retorcidos de colores vibrantes.
Detalle de la muestra En vivo de Marta Minujín. Pinacoteca de San Pablo (2023).
“La exposición celebra el poder con el que Minujín no sólo refleja, sino que intensifica las formas de la realidad vivida. ‘En vivo’ es una palabra que alude a la vivacidad, a la presencia corporal y, más directamente aún, denota urgencia en el vocabulario de los medios de comunicación de masas, una plataforma discursiva y tecnológica que siempre ha atraído la atención de la artista. Ya sea en emisiones de radio y televisión en los años 60 o en su canal de Instagram en la actualidad, Marta ha creado el arte como una excusa para sí misma y para que todas las personas puedan expresarse con energía y libertad", manifestó la curadora Ana Maria Maia.
En su diario íntimo, en 1963, la joven Minujín escribió: “Sufrir es una condición natural y debemos aceptarla como tributo por lo que vivimos”. Esa vitalidad exuberante e imbatible es la que habita en toda su producción.