Según cuenta la historia, Boris Johnson se encontraba en el baño durante el Foro Económico Mundial de Davos cuando entró el sexto hombre más rico del mundo de aquel entonces, Lakshmi Mittal. Era el año 2009, el Reino Unido todavía era parte de la Unión Europea y faltaban once años para que el polémico Johnson llegara a ocupar brevemente el cargo de Primer Ministro del otrora Imperio más grande del mundo. El entonces alcalde de Londres no dudó y se lanzó sobre el CEO de ArcelorMittal, la mayor empresa siderúrgica mundial. De acuerdo a la nota publicada por The Guardian que reconstruye esta anécdota, poco trabajo tuvo que hacer el político para convencer al empresario de origen indio de que financiara la construcción de un “símbolo” que perdurara en la historia de Londres, de cara a los Juegos Olímpicos que tendrían lugar en la capital británica en el año 2012.
Al año siguiente, comenzó la construcción del ArcelorMittal Orbit, una torre de observación de casi 115 metros de altura que se consagró como la obra de arte pública más grande de todo el Reino Unido. Ubicada en el Parque Olímpico “Reina Elizabeth”, la enorme estructura hecha completamente de acero es reconocida por su intrincada forma. Compuesta de 35000 caños dispuestos en 600 nodos en forma de estrella, se pueden distinguir dos partes fundamentales. Por un lado, la torre central, rodeada por una escalera caracol que desemboca en una plataforma desde donde observar el parque circundante y la ciudad. Sin embargo, la marca distintiva de la obra claramente es la serie de largos y complicados bucles de color rojo rubí que cercan a la torre, como si se tratara de llamaradas que la envuelven en diseños caóticos e irregulares.
El proyecto fue liderado por el artista indo-británico Anish Kapoor, un reconocido escultor que nació en Bombay pero que reside en Londres desde 1970 y que ha ganado numerosos premios desde la década del noventa. La idea de Kapoor para este trabajo (que realizó en conjunto con el ingeniero Cecil Balmond, amigo y colaborador desde hace varios años) consistió en generar la sensación de inestabilidad y movimiento: “Tradicionalmente, una torre tiene una estructura piramidal, pero nosotros hemos hecho todo lo contrario, una forma fluida y en espiral que cambia al caminar a su alrededor (…) Como una Torre de Babel, requiere la participación real del público”, explica el autor en la página oficial del ArcelorMittal Orbit.
Luego de los Juegos Olímpicos de 2012, el parque cerró y reabrió en 2014, al igual que el acceso a la torre. ArcelorMittal Orbit cerró una vez más después de eso, esta vez para agregar una nueva característica que se inauguró en el verano europeo de 2016 y que aumentó, aún más, la popularidad de la obra: The Slide. La incorporación consistió en un tobogán tubular de 178 metros de largo con numerosos giros y vueltas alrededor de la estructura central, que cierra en una forma de “sacacorchos” en su último tramo. Los segmentos del tobogán alternan entre secciones transparentes con vidrio y otras completamente cerradas, por lo que la persona que desciende a gran velocidad por el tubo va captando breves atisbos del paisaje circundante, hasta quedar nuevamente sumido en las sombras. El diseño de la atracción estuvo a cargo de Carsten Höller, un artista alemán que es reconocido, justamente, por explorar los cruces entre los toboganes y el arte.
De esta manera, para subir a la torre se usa el ascensor que lleva hasta la plataforma de observación, a ochenta metros de altura. Pero cómo descender depende de la elección del visitante: volver a usar el ascensor, bajar los 455 escalones de la escalera caracol o bajar en segundos a través de uno de los toboganes más largos del mundo.