Ubicado en Dornach, una comuna suiza cerca de la ciudad de Basilea, el Goetheanum oficia de centro mundial del movimiento antroposófico, un sistema de pensamiento fundado a principios del siglo XX por el filósofo y ocultista, Rudolf Steiner. Construido con madera y hormigón hace más de 100 años, la primera versión del edificio fue completamente destruida en la Nochevieja de 1922 a 1923, a raíz de un incendio.
La construcción del nuevo edificio, que se erige en la frontera con el cantón de Basilea Campiña, inició en 1924 y no fue inaugurado hasta 1928, tres años después de la muerte de Steiner. Está hecho de hormigón armado, probablemente para evitar la suerte que corrió su antecesor. Representó en su momento un uso pionero del hormigón en bruto en la arquitectura, y actualmente se encuentra protegido como un monumento nacional suizo. Su estilo innovador y modernista difícil de clasificar, si bien toma algunos elementos del brutalismo, responde como un ejemplo único a lo que hoy se conoce como arquitectura orgánica y expresionista.
El Goetheanum, al igual que los otros diseños de Steiner, se caracteriza por una liberación de las limitaciones arquitectónicas tradicionales, especialmente mediante la eliminación del ángulo recto como base para el plano del edificio. En la construcción de madera original, el pensador austríaco empleó a constructores de barcos para realizar sus formas redondeadas. Tanto en aquella versión como en la que se mantiene en pie, Steiner buscó crear formas “expresivas espiritualmente”, alejadas de las rigideces del mundo físico y convencional.
Esta concepción coincide con la filosofía de su creador. La antroposofía, el sistema de pensamiento fundado a principios del siglo XX por Steiner, postula la existencia de un mundo espiritual objetivo y accesible a la experiencia humana. El descubrimiento espiritual, de esta manera, es posible a través del pensamiento y no de la experiencia sensorial. No por casualidad la sede de este movimiento lleva el nombre de Goethe, el gran poeta alemán que fue una de las figuras más importantes del romanticismo.
El edificio principal del Goetheanum alberga el “Gran Salón”, un auditorio masivo con más de mil asientos, así como la escalera del ala oeste, otra de sus construcciones notables. En el hall de exposición permanente es posible encontrar la escultura monumental El Representante de la Humanidad, una estatua de casi diez metros de altura hecha en madera por el mismo Steiner que representa a la figura de Cristo.
A lo largo del último siglo, más de una decena de construcciones fueron agregadas como anexos al edificio central, los cuales incorporaron o hicieron relecturas del estilo arquitectónico de la sede central. En el vestíbulo de la escalera sur, en la quinta planta, se exponen las maquetas originales del primer y segundo Goetheanum, lo que permite observar la evolución arquitectónica entre ambas versiones. La exposición consiste en una maqueta a escala 1:20 del edificio, por lo que es posible recorrerla y tener una experiencia “inmersiva”, complementada con planos originales y fotos de distintos momentos históricos de su construcción.
Entre los edificios anexos es posible encontrar la “Casa de Cristal”, que contiene la Escuela de Ciencias Espirituales; la Gärtnerhaus (“Casa del Jardinero”); la Verlagshaus (una editorial); o las Eurythmiehäuser (“Casas de Euritmia”), donde vivían los bailarines en las épocas fundacionales del edificio. Una de las construcciones destacadas es la Haus de Jaager (“Casa de Jaager”), diseñada por Steiner por encargo de Isabella, la viuda del escultor holandés Jacques de Jaager. Su diseño combina la arquitectura y la artesanía para crear una obra de arte compleja.