Sus obras combinan materiales cotidianos de uso industrial (cartón, plástico, papel, madera) con dispositivos mecánicos (motores, cables, micrófonos y ventiladores) y emplean principios cinéticos de rotación u oscilación para manifestarse a través de un flujo interminable de sonidos. Los pequeños mecanismos de las mismas, a pesar de su aparente simplicidad, reducidos a funciones, formas y diseños altamente minimalistas, generan complejos sistemas sonoros y visuales que toman magnitudes orquestales al ser replicados a gran escala. Los espacios se vuelven presencias corpóreas que redefinen las nociones tradicionales de escultura sonora.
Las instalaciones suelen operar sobre la tensión entre conceptos de opuestos como los principios de caos y orden o individualidad y masividad, mediante un despliegue obsesivo de series de objetos idénticos, ordenados meticulosamente de manera modular bajo un mismo patrón, que se comportan de manera caótica e independiente al ser activados. Zimoun crea estos sistemas cerrados que desarrollan su propio comportamiento y reglas, similares a criaturas artificiales, y ha utilizado el término “complejidad primitiva” para describir el principio detrás de la dinámica de sus obras. Una vez activadas, estas entidades cuasi-autónomas, pasan por un proceso indeterminable de degeneración dentro de sistemas precisos, en los que aparecen variables creativas como desviación, rechazo y aleatoriedad.
“Estoy interesado en una mezcla de estructuras vivientes por un lado, y control de decisiones por el otro. Una combinación de estructuras que evolucionan continuamente o generan por azar reacciones en cadena u otros sistemas generativos, dentro de un entorno específico y delimitado donde estos eventos puedan ocurrir (…) Mis intenciones de composición se manifiestan a través de una contención deliberada y monitoreo cauteloso. No estoy usando el azar para descubrir resultados inesperados, sino para permitir que las obras tengan un grado más alto de vitalidad”, reflexiona Zimoun acerca de la dinámica de sus procedimientos creativos.
Además de sus instalaciones, compone obras puramente acústicas, en las que comparte el interés de crear ambientes envolventes de sonidos y ruidos microscópicos. Sus grabaciones suelen utilizar técnicas ambisonics y son concebidas para sistemas de sonido multicanal con el fin de generar espacios sonoros tridimensionales.
La obra de Zimoun explora los ritmos mecánicos y los zumbidos acústicos de fenómenos orgánicos o naturales, y a su vez contiene cierta nostalgia hacia determinados materiales inertes y obsoletos. La recontextualización de estos materiales así como del sonido, hace que describirla lleve muchas veces a comparaciones con paisajes sonoros que evocan las fuerzas de la naturaleza.
Su trabajo ha sido exhibido en Hayward Gallery (Londres), MAC (Santiago de Chile), Museo Reina Sofia (Madrid), National Art Museum (Beijing) y MIS (San Pablo), entre muchos otros; y su calendario de exposiciones 2021 incluye espacios como Museum Haus Konstruktiv (Zurich), Dongdaemun Design Plaza (Seúl) y Labor Sonor (Berlín).