Formado en Milán en diseño y artes visuales, este joven artista nacido en Cambiago en 1987 está pisando fuerte en la escena artística internacional con sus construcciones escultóricas impactantes y de gran escala. Los materiales con los que trabaja Edoardo Tresoldi le permiten generar efectos de inmaterialidad, liviandad y fragilidad en las enormes piezas que crea. A partir de la transparencia y la superposición de planos de las mallas de alambre con los que trabaja, brinda un efecto etéreo y cuasi fantasmagórico a sus construcciones.
Su obra es una síntesis visual que se propone cuestionar los límites físicos de los objetos que construye, a la vez que plantean un diálogo entre presente y pasado, una metáfora de la memoria y la evocación de tiempos pretéritos. Sus trabajos se presentan en distintos países del mundo, tanto en espacios públicos, museos, sitios arqueológicos, como en festivales contemporáneos.
En 2016, “reconstruyó” la Basílica de Siponto, en Puglia, región que alberga uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Italia. Allí logró una sobresaliente fusión entre arte contemporáneo y arqueología, a partir de la realización de una escultura arquitectónica majestuosa que dialoga con el volumen de la iglesia paleocristiana preexistente, de la que sólo se conserva el basamento de los muros perimetrales.
Basílica de Siponto (2016)
Forbes, en 2017, lo nombró como uno de los treinta artistas europeos menores de treinta más influyentes. Su labor en este terreno le valió ser el ganador de la Medalla de Oro de Arquitectura Italiana, en 2018. Ese mismo año, Etherea causó un gran impacto en el festival californiano de Coachella, uno de los eventos musicales más relevantes a nivel global. A finales de 2020, la colosal instalación de diseño neoclásico fue trasladada a Roma para la exposición Back to Nature, en los jardines de la Villa Borghese.
Etherea (2018)
Tresoldi cuestiona conceptos básicos de la tradición arquitectónica como, la perdurabilidad, la fortaleza, la monumentalidad y la funcionalidad, entre otros. Dentro de esta línea de trabajo, podemos destacar Opera (2020), su segunda instalación permanente de arte público, en el paseo marítimo de Reggio Calabria, realizada a partir de una columnata de cuarenta y seis pilares de gran porte. En esta fascinante propuesta el artista investiga la relación entre el hombre y el paisaje, y simboliza la marca del paso de la civilización en el entorno natural. Utiliza el elemento por excelencia del orden gigante o colosal renacentista: la columna monumental, que se extiende en lo alto por más de un nivel. La columna aquí pierde su lugar y funciones originarias para convertirse en un elemento expresivo, en un volumen absolutamente independiente y exento, aunque casi transparente al estar construida con mallas de metal.
Opera (2020)
Como continuación de estas investigaciones, recientemente desarrolló Monumento (2022), realizada en la Procuratie Vecchie, uno de los tres edificios que enmarcan la Plaza de San Marcos, que fueron sede y oficina de los Procuradores de Venecia, de allí su nombre. En esta ocasión Tresoldi reinstala imaginariamente una de las columnas históricas del primitivo conjunto. La instalación permanente, compuesta con mallas metálicas y panales de vidrios quebrados, ocupa el hueco de escalera del edificio de más de 500 años, restaurado por David Chipperfield Architects. La espectacular escultura propone un diálogo con el espacio circundante, pero por sobre todo ofrece una visión única y totalmente nueva de este tipo de elementos arquitectónicos, ya que al subir por la escalera, el espectador puede apreciar la estructura por completo, desde la base hasta el remate.
Monumento (2022)
Tresoldi sugiere no sólo un cambio de perspectiva en relación al objeto sino que, a su vez, provoca una inversión conceptual, simple y sorprendente. La obra es una reflexión sobre nuestro tiempo y sobre la retórica que construye nuestra sociedad. Asimismo, reinterpreta la noción de poder, al poner en primer plano la idea de fragilidad que, según el propio artista, supone reconocer nuestra parte sensible y por ende acoger la diversidad. Las construcciones espectrales de Tresoldi nos interpelan y nos interrogan acerca de nuestro propio sistema de creencias y certezas heredadas; valores que están sometidos a revisión constante en la sociedad contemporánea.
