“La realidad es aquello que no desaparece cuando dejas de creer en ella. Una simulación es aquello que no se detiene cuando las historias desaparecen. Las historias son responsables de nuestro deseo humano de resolución, pero una simulación es responsable solo de sus propias leyes (...). Una simulación no tiene moral, prejuicio ni significado. Como la naturaleza, simplemente es ". R. A.
Refik Anadol es un artista contemporáneo que trabaja con nuevos medios en formatos digitales. Combina la visualización de datos e información cuantitativa para producir sus obras mediante el uso de inteligencia artificial.
Suele utilizar espacios arquitectónicos como lienzo, generando propuestas alucinantes, posibles de recorrer e inmersionarse por completo. El equilibrio entre percepción de realidad y virtualidad se ponen en juego en cada una de las obras. Inspirado desde su corta infancia por el cine de ciencia ficción, Refik sabe dominar las convenciones, tanto como para romperlas. Elementos orgánicos, referencias a entornos naturales, y la construcción de composiciones complejas aplicando métodos de machine learning son características distintivas de su obra.
Desde 2014 trabaja acompañado por un grupo multidisciplinario de artistas, desarrolladores, arquitectos, pensadores, científicos, analistas, para llevar a cabo proyectos que aportan a la construcción de conocimiento colectivo. Sus exhibiciones priorizan la experiencia, invitan a percibir con todos los sentidos, y a participar de manera activa. La simulación a gran escala, y los recursos visuales que genera, lo posicionan como uno de los artistas más prometedores del siglo.
Bosphorus (data sculpture) es una de las obras más populares de Refik. Una representación de data creada utilizando información del mundo real. Forma parte de una serie de exploraciones del artista en torno a cómo se pueden reimaginar los fenómenos naturales. A partir de información recolectada por un radar de alta frecuencia en el Mar de Mármara, provista por el Servicio Meteorológico Estatal de Turquía, durante intervalos de treinta minutos, lograron transformar estos datos en una experiencia visual. La obra, exhibida en 2018 en Pilevneli Gallery de Turquía, se trató de una instalación que contaba con una pantalla LED de doce metros de largo por tres de alto, en la que los espectadores podían sentir calma y relajarse en este entorno constante pero mutable, generado por los cambios del mar.
El artista y su equipo, se encuentran enfocados en la investigación artística. Se lanzan conscientemente a la búsqueda de lo novedoso y lo desconocido. Suelen trabajar para proyectos en los que la innovación se plantea como objetivo principal. Los materiales y las tecnologías que utilizan se encuentran en constante desarrollo, y dependen de la investigación intensiva, la experimentación y la iteración sistemática. Refik encuentra en la era digital mucho más que inspiración, la inteligencia artificial le permite una nueva estética para crear.
