A casi cien años de su creación, la obra esculpida por el artista catalán situada en Parque Rivadavia, es una de las esculturas que mejor representa la esencia de la feminidad y la belleza.
Infinidad de veces vandalizada, y posteriormente restaurada, la obra del escultor francés de principios de siglo XX, deambuló por la ciudad hasta convertirse en un símbolo del Parque Centenario.
Adquirida en 1905 por el municipio de Buenos Aires, la escultura de bronce captura la desgarradora realidad de la esclavitud en el país durante siglos pasados.
El catálogo de esculturas de animales de la ciudad cuenta con estas dos obras del artista francés, que fueron adquiridas hace más de un siglo por el ilustre pintor Ernesto de la Cárcova.
A metros del Club de Pescadores en Costanera Norte, la obra del escultor italiano es una homenaje a los héroes de la tragedia aérea ocurrida en la provincia de Buenos Aires en 1949.
La monumental escultura de la heroína indígena representa la valentía y la lucha por la emancipación del Virreinato del Río de la Plata, durante las guerras de independencia hispanoamericanas.
Emplazado inicialmente en los jardines de la Casa Rosa, sobrevivió a varios atentados a lo largo de la historia. En los últimos años, fue protagonista de una disputa geográfica, política y cultural.