El monumento dedicado a Jean Mermoz y sus compañeros, ubicado hoy en la plaza que lleva su nombre, en la Costanera norte de la Ciudad de Buenos Aires, condensa una historia que une epopeya aérea, arte monumental y lazos culturales entre la Argentina y Francia. La escultura, declarada Bien de Interés Artístico Nacional y Bien de Interés Histórico Nacional por el Decreto N.º 769/2019, rinde homenaje a uno de los grandes pioneros de la aviación del siglo XX.
La obra representa a una figura alada inspirada en Ícaro, captada en el instante previo al vuelo. Las alas desplegadas simbolizan tanto el impulso heroico de los primeros aviadores como, en una lectura local, las alas de la Fuerza Aérea Argentina. La marcada direccionalidad de la figura transmite potencia, ascenso y desafío, mientras que su estética remite al lenguaje del art deco, dominante en la época en que fue concebida.
Realizada íntegramente en bronce, la figura alcanza aproximadamente cinco metros de altura y se apoya sobre una base de mampostería revestida en mármol blanco, de dimensiones similares. En el frente del pedestal, una placa recuerda: “A Jean Mermoz y sus compañeros”, evocando también a los hombres que lo acompañaron en su último vuelo.
El monumento es obra del escultor argentino Alberto Lagos (1885-1960), una de las figuras destacadas del realismo academicista local. Formado en París, donde fue becado en 1909, Lagos se declaró admirador de Auguste Rodin, influencia que se percibe en la búsqueda de perfección formal y en la fuerza expresiva de sus volúmenes. Entre sus obras más conocidas figuran El arquero, El pescador y su alma, y monumentos a Ramón L. Falcón, Luis M. Drago, Jorge Canning y al Inmigrante. Su autorretrato escultórico puede verse frente al Cementerio de la Recoleta.
El homenaje a Mermoz fue impulsado por la comunidad francesa residente en Buenos Aires y se inauguró en 1958, originalmente en las cercanías del Aeroparque Jorge Newbery. Durante años, la escultura permaneció casi oculta entre los árboles de la Costanera, hasta que en noviembre de 2015 fue reubicada en un espacio más visible, en la actual Plaza Jean Mermoz, en el cruce de las avenidas Sarmiento y Costanera Rafael Obligado. Ese traslado restituyó al monumento la presencia pública que su significado histórico reclamaba.
Jean Mermoz había nacido en Francia el 9 de diciembre de 1901 y murió trágicamente el 7 de diciembre de 1936, cuando su avión, el Croix du Sud, desapareció en el Atlántico cerca de Senegal. Con apenas 35 años, ya era una leyenda de la Aéropostale, la primera línea aérea civil regular dedicada al transporte de correo. Fue protagonista de hazañas decisivas: en 1929 realizó la primera conexión aeropostal entre Buenos Aires, Mendoza y Santiago de Chile, y desde 1930 estableció un servicio directo entre Francia y la Argentina. Entre 1930 y 1936 cruzó el Atlántico en 24 oportunidades.
Amigo de Antoine de Saint-Exupéry, quien lo definió como “un héroe que ensayaba para otros”, Mermoz fue también una figura popular en el Buenos Aires de entreguerras, donde vivió y dejó huella. Su desaparición conmovió profundamente a la sociedad argentina, que lo sentía propio.
Hoy, el monumento de Alberto Lagos no sólo recuerda a Mermoz y a sus compañeros caídos, sino que también celebra una época heroica de la aviación y reafirma un vínculo histórico entre dos países. Visible nuevamente frente al río, la figura alada sigue invitando a mirar hacia el cielo.
