Muchos han sido los artistas visuales que a lo largo de la historia han desarrollado o mostrado interés en la música. De hecho, no son pocos los que han creado importantes producciones en ambas disciplinas, logrando cruces y fusiones realmente interesantes. En el terreno teórico, Wassily Kandinsky, en su célebre escrito De lo espiritual en arte, se dedicó a describir cientos de efectos ópticos, emociones, sensaciones, sonidos y hasta melodías asociados a diversos colores. Para él “[…] la música ha sido siempre el arte que ha utilizado sus propios medios para expresar la vida interior del artista y crear una vida propia, y no para representar o reproducir fenómenos naturales”, sostenía hace más de un siglo.
En la actualidad, Carsten Nicolai (Ciudad Karl Marx – actual Chemnitz, Alemania, 1965) es uno de los más prolíficos músicos, compositores y productores de música electrónica de su generación. También es un reconocido artista visual que crea interesantes propuestas conceptuales fusionando ambas disciplinas. En éstas quedan plasmadas uno de sus principales intereses: evidenciar las cualidades físicas del sonido. Conocido bajo el pseudónimo Alva Noto, en el terreno musical ha realizado importantes colaboraciones con artistas de resonancia internacional tales como Iggy Pop, John Cale, Björk, y el poeta e intérprete francés Anne-James Chaton, entre otros.
De entre sus colaboraciones como compositor, tal vez una de las más celebradas haya sido la realización de la banda sonora junto a Ryuichi Sakamoto del premiado film El Renacido (2015), del cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu. Asimismo, desde hace varios años desarrolla el proyecto colaborativo Cyclo junto a Ryoji Ikeda en el que trabajan con música programada y módulos audiovisuales que son sincronizados en tiempo real, consiguiendo una propuesta de alto impacto inmersivo de sonido e imagen.
Alva Noto - Hybr:id Session (2021).
Entre sus trabajos más recientes es destacable su participación en la última compilación encargada por National Geographic y el Anchorage Museum de Alaska. En ésta, reconocidos músicos y vocalistas reelaboran y remixan sonidos de la tierra grabados por científicos. Siguiendo con su tradición como músico minimalista, en 2020 lanzó el cuarto volumen de su proyecto Xerrox, iniciado en 2007, basado en el concepto de repetición sonora. Debido al proceso de copiado y repetición, los sonidos de base cambian de modo tal que es muy difícil asociarlos con los originales, por lo que se crean sonidos completamente nuevos, poniendo en cuestión, así, el concepto mismo de “copia”.
En el terreno de las artes visuales, una de sus principales búsquedas tiene que ver con visualizar el sonido. Influenciado por sistemas de referencia científica, uno de sus objetivos centrales ha sido lograr un enfoque artístico integrado en el que a menudo involucra patrones matemáticos como cuadrículas y códigos, así como estructuras de error, aleatorias y autoorganizadas. Carsten Nicolai ha creado instalaciones en muchos de los espacios más prestigiosos del mundo, como Guggenheim Museum, MoMA, Tate Modern y la 55ª Bienal de Venecia (2013).
unidisplay (video instalación, 2012).
Dentro de sus obras más destacadas en el espacio público debemos citar Chroma actor, 2015, una imponente instalación audiovisual interactiva compuesta a partir de franjas de luz coloreada, realizada especialmente para el acceso principal de una de las tiendas por departamento más importantes de Japón: Seibu Shibuya, en Tokio. La obra responde al movimiento, la temperatura y el tiempo, a través de sensores ambientales, de este modo la pieza varia permanentemente. Además refleja las cuatro estaciones, las condiciones climáticas, y las fases diurnas y nocturnas. La pieza es un muy buen ejemplo de una de las principales tesis del artista, según él, todos permanentemente tenemos una percepción distorsionada de la realidad.
Chroma Actor (2015), Seibu Shibuya, Tokio.
Otra de sus investigaciones tiene que ver con indagar en las cualidades físicas del sonido. Para ello se sirve de la cimática, término acuñado por el investigador suizo Hans Jenny (1904-1972), y utilizado para describir los efectos periódicos que el sonido y la vibración tienen sobre la materia. En estos experimentos se hace vibrar la superficie de una placa, diafragma o membrana, en los que aparecen diferentes patrones geométricos según la frecuencia de la vibración que provocan los sonidos. Entre las obras de Nicolai que trabajan a partir de estos principios científicos podemos nombrar Wellenwanne (Canal de olas, 2001), que pudo verse en 2021 en Buenos Aires, en Fundación Proa, en el marco de la exhibición La Suite. Miradas sobre obras y artistas de la colección FRAC –Fondos Regionales de Arte Contemporáneo, Francia-, que contó con la curaduría de Sigismond de Vajay y Juan Sorrentino.
Wellenwanne (2001).
La instalación está conformada por una bandeja plana llena de agua, apoyada sobre cuatro altavoces que transmiten las composiciones sonoras creadas por el artista, con sonidos graves, muchos fuera del rango audible. Como resultado se pueden apreciar en la superficie acuática patrones tanto regulares como irregulares que cambian al ritmo de la vibración del sonido. De este modo, las frecuencias sonoras son una forma de energía capaz de modular partículas y generar imágenes visuales. El artista, a su vez, registra fotográficamente estas variaciones, en un intento de congelar y fijar ese flujo incesante del agua convulsionada por esas vibraciones, y completando así la percepción de la obra.
Wellenwanne (2001).
Dada la imposibilidad de reemplazar materialmente la pieza fue una de las pocas que viajó especialmente desde Francia para ser parte de la muestra. Esta creación plasma fielmente una de las ideas esenciales de la producción de este multifacético artista, para él “la belleza es algo muy simple pero que puede expresar algo muy complejo”.
