Hace cincuenta años, era impensado creer que un artista autodidacta, formado en las calles con aerosol en mano y pinceles improvisados, podría alcanzar un lugar destacado en el mundo del arte. Sin embargo, hoy en día, este escenario se ha convertido en una realidad palpable. Desde los muros hasta las salas de museos, desde la escenografía de una ópera hasta la portada de un disco de una estrella pop, el arte callejero ha trascendido sus orígenes humildes para conquistar nuevos territorios.
Puede ser que entre los puristas del arte, el arte urbano no ocupe un lugar privilegiado. Pero ¿quién puede negar el mérito de una expresión artística que encuentra su propia voz y cuyo mensaje resuena más allá de las calles, los lienzos y las paredes? En un mundo donde las barreras entre lo alto y lo bajo, lo tradicional y lo contemporáneo se desdibujan, el street art se erige como un poderoso recordatorio de la creatividad humana en su estado más puro y libre.
Este es el caso de Retna, nacido como Marquis Lewis en 1979 en Los Ángeles, quién comenzó su carrera a principios de la década de 1990 uniéndose al mundo de los murales de su ciudad, hasta llegar a las más destacadas galerías del mundo del arte en la actualidad.
Los elementos caligráficos de los alfabetos hebreo, árabe, egipcio y asiático nutren su obra en bloques que pueden leerse de arriba hacia abajo o en filas desde la derecha o la izquierda, muchas veces se parecen a la estructura de un poema visual en clave. ¿Será ese el secreto de su obra? La historia indica que han sido muchos los que intentaron descifrar las escrituras antiguas (en la lengua egipcia, los jeroglíficos se llamaban medu netjer, «las palabras de los dioses», ya que se creía que la escritura era un invento de los dioses) encriptadas en simbologías diversas.
Lo cierto es que así como la poesía no necesita ser comprendida para evocar emociones, su obra tampoco requiere (o sí) mayor esfuerzo para entender su trazo visceral, su estilo único, sus líneas finales semejantes a la caligrafía china, o las estructuras y disposiciones que utiliza. Es un artista que ha creado un alfabeto propio combinando lo fascinante de las escrituras sagradas con un enfoque pictórico y el aerosol de las calles.
Retna no busca comunicar un mensaje claro y legible; más bien, es un proceso profundamente meditativo para el artista. Retna describe su experiencia artística como una conversación consigo mismo, un diálogo interno al que accede sumergiéndose en música a todo volumen a través de sus auriculares, alcanzando así un estado hipnótico. “Normalmente, elijo una canción específica para cada obra”, explica Retna. “Esa canción se convierte en el himno de la pieza. Repito la misma canción para mantenerme en la misma zona mental y poder pintar con mayor rapidez”.
La música que acompaña a Retna en su proceso creativo es principalmente el hip hop. De hecho, su apodo artístico está inspirado en una canción de Wu-Tang Clan, una influyente banda del hip hop de los años 90; y hay algo de esa musicalidad que se traduce en sus pinturas, capturando algo de su ritmo, su energía y su fuerza vital.
Sus influencias han sido referentes del graffiti estadounidense de los años setenta y artistas como Jean-Michel Basquiat, Keith Haring, Barbara Kruger, Gustav Klimt y Chaz Bojorquez (reconocido por su tipografía y sus singulares formas de letras, mezcla textos, fotografía y pintura abstracta).
Su obra ha sido exhibida en ciudades como Miami, Londres, Nueva York, México, Hong Kong, y las galerías Michael Kohn en Los Ángeles, Don Gallery en Milán, Yves Laroche Galerie d’Art en Montreal, Art for All en Málaga, entre otras. Además ha participado en numerosas exposiciones internacionales en museos como MOCA (Museum of Contemporary Art Los Angeles), Dallas Contemporary Museum of Art, Pasadena Museum of Contemporary Art, Los Ángeles County Museum, Wende Museum, MACO Oaxaca, MARTE, El Salvador. Ha creado colaboraciones exclusivas con marcas como Louis Vuitton y Chanel. Su trabajo aparece en la portada del álbum Purpose de 2015 de Justin Bieber. En el 2017, realizó la escenografía de AIDA en la Ópera de San Francisco. Retna actualmente vive y trabaja en Los Ángeles.
