Thandiwe Muriu es la primera fotógrafa profesional mujer de Kenia con proyección internacional. Con formación autodidacta esta artista produce retratos que esconden un trasfondo de reflexiones. Su obra opera como homenaje y manifiesto. Fotografías que presentan contradicciones a la vez que reivindican, cuestionan e hipnotizan con sus colores y texturas.
Con una marcada estética pop —en donde los entramados coloridos y saturados de las telas son los principales protagonistas—, Thandiwe capta y resalta la belleza africana. Sus modelos parecen camuflarse entre los fondos psicodélicos que plantea, aunque paradójicamente el resultado es algo inverso: sus rostros sobresalen y logran atraer aún más la atención. Las pieles oscuras y brillantes, las cabelleras arregladas en reversiones de peinados tradicionales africanos y los accesorios a base de elementos propios de la vida cotidiana femenina, no pasan desapercibidos.
Hasta el momento la artista ha presentado tres series fotográficas: Camo, Cultura material y Verdades universales. En todas, se tocan temas que giran en torno a la mujer: su identidad y autopercepción, su poder y marginación, su expresión y exploración. Una figura femenina que acarrea una tradición en concreto, que a la vez manifiesta su deseo de renovarla.
“La serie Camo funciona un poco como una reflexión personal, sobre cómo sentí que podría desaparecer en el fondo de mi cultura —explica la artista en su página web—. Yendo más allá creo además que toda la serie trata sobre cómo los individuos podemos perdernos en las expectativas que la cultura tiene sobre nosotros, a la vez que hay cosas únicas y hermosas en cada uno”.
Las obras de Muriu eternizan lo efímero y develan secretos. En la fotografía Arma secreta por ejemplo, atrae la combinación y el movimiento de los colores turquesa, azules y amarillos junto con las curvas y zigzags de los cabellos de la modelo. Pero por otro lado, nos revela la importancia que tienen las modistas personales en el día a día de las mujeres kenianas. Las modistas no solo crean prendas exclusivas para sus clientas, sino que también se convierten en sus asesoras de imagen, animándolas a probar nuevos diseños y tendencias.
Algo que caracteriza las composiciones de Thandiwe es la meticulosidad y precisión con que piensa cada imagen. La clave de sus fotografías se encuentra en las telas, los peinados y los accesorios. Cada una va acompañada de un pedacito de sabiduría de su pueblo: un proverbio africano.
Los paños son el principal elemento que le permite entablar este juego que registra su tradición desde una nueva mirada. “Soy africana y las telas desempeñan un gran papel en nuestra cultura. Cada una cuenta diferentes historias y trasfondos históricos. Por lo tanto, decidí fotografiar tantas como fuera posible —confía la artista en una entrevista luego de su primera exposición individual en París el año pasado—. Estamos en esta nueva África, esta nueva generación, donde amamos nuestros estampados, pero no los usamos de la manera tradicional”. Lo mismo sucede en la forma en que diseña los peinados para los modelos, inspirados en las maneras que los hacían sus antepasados.
El tercer ingrediente de sus composiciones son los accesorios. Estos los realiza a partir de objetos cotidianos como exprimidores, espirales repelentes de insectos, cucharas, lápices y horquillas para el pelo. Al transformarlos en elementos de moda demuestra la versatilidad y la inventiva de la mujer de su país, donde a falta de medios reciclan estos utensilios, brindándoles una nueva vida.
Con obras que parecen más pinturas que fotografías, inspiradas en las tapas de destacadas revistas de moda y en la rica historia de su propia herencia cultural, Muriu redefine el retrato africano contemporáneo y el concepto de belleza afro, en una nueva y audaz visión de la mujer keniana moderna.