A desmaterializar. La consigna que puso en órbita el marxista pop Oscar Masotta con una influencia decisiva en el así llamado arte de los medios (no confundir con media-art) y en muchas de las derivas de escape de las neovanguardias de fines de los 60, hacia la radicalización política o el abandono de la imagen; funciona 60 años después para UVA (no confundir con la línea de créditos extendida como rampa hacia la deuda impagable), United Visual Artists.
Con base en Londres desde 2003 este colectivo formado por los artistas, diseñadores, programadores y teóricos Matt Clark, Will Laslett, Jon Skettitt, Willem Kempers y Lee Sampson trae al presente aquello que desde el siglo XIX se conoció como arte aplicado. Si bien crean y exhiben instalaciones de sitio específico (la forma más aproximada de aprehenderlos), su mayor y mejor influencia en la cultura visual contemporánea aparece, por caso, en colaboraciones como la que están llevando a cabo con Massive Attack para la gira 2024/2025.
A dos décadas de la todavía asombrosa puesta en escena para la presentación del álbum 100th Windows con el que el ensamble de Bristol puso el oído (invirtiendo la producción de sonido en la recepción prematura de sentido) en el distópico presente. Imposible no percibir en la paleta de frecuencias y sonidos de Future proof un adelanto del fantasma que recorre el mundo. Ojalá se pudiera escuchar esto con la disponibilidad anímica del retro. Pero no.
La unión de UVA con Massive Attack es la definitiva realización del light show que ya en sus inicios con las nébulas-slide de Pink Floyd y Soft Machine (circa 1967) apuntaba a una fase superior del entretenimiento. La imagen psicodélica como arte aplicado al sonido (la misma Marta Minujín se negó a considerar su producción “psicodélica” como arte hasta hace poco tiempo) y, entonces, en clave utópica la conquista del espacio interior. La puesta al día del light show utiliza toda la tecnología disponible (también lo hacía en 1967, los sueños de la psicodelia engendraron a los monstruos de la cybercultura) para utilizar una pantalla LED de dimensiones murales como el reflejo de los estímulos de una comunidad interdependiente y tecno-vigilada.
La colaboración entre UVA y Robert del Naja (uno de los djs/productores/compositores por detrás de Massive Attack sospechado alguna vez de ser Banksy) se potencia en esta gira con el trabajo del documentalista Adam Curtis (Kent, 1955), quien ha venido realizando un registro estetoscópico de la angustia ambiente con películas como Can’t get you out of my head (2021), cuyo trailer trasunta la misma sensibilidad del trabajo de UVA para 100th Windows; que debería pensarse (como todo Massive Attack) como parte del arte contemporáneo. Algo más que entretenimiento pero menos que lo que el sistema considera que debe posicionarse en la empalagosa retórica de las bienales.
La suma de fuerzas entre el sonido espectral de Massive Attack (un adelanto acústico de la idea de Black Mirror o ensayos ineludibles como 24/7 de Jonathan Crary), los dispositivos informático-artísticos de UVA y la revelación de un poder capilar omnipresente que hace Curtis en sus películas, deben ser lo más parecido al activismo en un formato de show.
Recuerden la voz de Sinnead O’ Connor en What your soul sings, las lágrimas secas de una Jeanne d’Arc desplazando su furia iconoclasta del centro del Vaticano a los warehouses de Sillicon Valley. “No tengas miedo/abrí tu boca y decí/decí lo que canta tu alma”. De lo mejor que le escuchamos cantar después de “Nothing Compares 2 you”, ¿no?
Lo que UVA hace con la informática se parece a poner esa voz en todas las estaciones de metro hiper-vigiladas del mundo, extendiéndola a los dispositivos de geolocalización para disponer un paréntesis del sentido común paranoico. Manipulación en tiempo real de datos, contenido visual generativo y reconocimiento facial apropiados a la tecno-vigilancia para confrontar al público frente su propio espejo negro: ¿estamos siendo conducidos hacia la utopía o la catástrofe? La respuesta espera ser encontrada como una perla en la voz, el relincho dolido de la irlandesa. ¿UVA? Archívese como data-art.