Del acto de robar como acción performática a la burocracia institucional de los trastornos mentales, la exploración sarcástica del comportamiento humano aparece como una constante en el artista mexicano.
El gran ideólogo del conceptualismo latinoamericano que en su fórmula periférica de liberación contra la ortodoxia de la academia norteamericana, incorporó a las guerrillas tercermundistas.
El paisaje de quienes viven suspendidos en la postal geopolítica de la ciudad fronteriza, adquiere la urgencia de una crónica y la herencia descriptiva del muralismo en las obras del artista mexicano.
La primera afrobrasileña como jefa de curaduría del MAM de Río de Janeiro dialogó sobre los desafíos institucionales, la fiesta como práctica política y los puentes culturales entre Brasil y Argentina.
Figura clave de Tucumán Arde, el artista santafecino llevó su búsqueda estética al límite en 1967, en una obra en la que coinciden geometría abstracta, juegos perceptivos y resonancias políticas.
De instalaciones en sitios específicos a colaboraciones con Massive Attack, sus dispositivos son el oscuro reflejo de los estímulos de una comunidad tecno-vigilada.
No hay mayor violencia que la auto ejercida bajo la ilusión de que se actúa con libertad. Diferentes ópticas distópicas en el arte actual evidencian que la violencia no se elimina, sólo cambia de lugar.
¿Qué quiere decir no saber cuando –en efecto– se sabe? La pregunta, a cuarenta y nueve años de la realización de este collage, confirma la convergencia entre pasado y presente que impone la obra.