Se realizó la novena edición del Festival Pleamar en el Museo Provincial de Arte Contemporáneo MAR de Mar del Plata. El festival emerge como vidriera de artistas regionales que producen por medio de instrumentos y herramientas tecnológicas que, en el evento, se fusionan con el vasto horizonte del océano, y todas las narrativas que este inspira.
Con entrada libre y gratuita, Pleamar ofreció en esta edición charlas sobre tecnología y medio ambiente e instrumentos electrónicos en función del arte y la creatividad; además de clínicas, conciertos, dj y live sets y muestras que ampliaron las fronteras del arte electrónico y sonoro.
Sus fundadores y directores son la artista y gestora cultural Luciana Aldegani y el compositor, tecladista y especialista en sintetizadores Ernesto Romeo. Fueron ellos quienes le dieron vida a la propuesta, cuando identificaron una necesidad latente en la ciudad: la de consolidar un espacio de encuentro y formación para la comunidad de artistas electrónicos. Algo que allí, mientras el circuito crecía cada vez más, aún no existía. “Aquel fue el punto de partida. Nuestra primera acción en conjunto a Ernesto fue una clínica sobre arte electrónico y sonoro", señala Aldegani, a quien le gusta pensar en los destellos submarinos como metáfora de las ideas. Esas que, en el festival, son traducidas al lenguaje artístico. “Vi una gran cantidad de personas experimentando con sonidos electrónicos. Queríamos crear un espacio de formación ya que no existen instituciones ni públicas ni privadas dedicadas a la música o artes electrónicas”.
Las instalaciones del festival invitan a la contemplación, la escucha y a veces también a experimentar con el tacto. En esta oportunidad, la muestra de arte multimedial Preceder al mar es ser orilla, en el primer piso del museo, curada por Javier Sandoval Velasquez, simbolizó poéticamente al mar argentino por medio de un conjunto de piezas realizadas con diferentes formatos y tecnologías. Este concepto estuvo además atravesado por la problemática medioambiental que alteró la relación entre el mar y la playa en las últimas décadas en el norte de Mar del Plata.
Cerca del anochecer en el auditorio del museo hubieron proyecciones curadas por el arquitecto y diseñador audiovisual Fernando Molina. Se destacó entre ellas Procesión a Babel, un cortometraje musical oscuro y apocalíptico que recordó a los temas de The Wall de Pink Floyd, o a la estética de Animals, del mismo grupo; en el cual una serie de cuerpos desnudos, despojados de todo más allá de sus teléfonos celulares, eran absorbidos por estos dispositivos y sus apps.
Otra de las propuestas relevantes de esta edición fue la muestra sonora en la explanada: una casita sobre ruedas teñida de los colores del atardecer costero, invitó a sumergirse en la escucha con auriculares de una serie de obras ambient pop, compuestas por mujeres y disidencias de todo el país.
El festival tiene de referentes a otros internacionales como Mutek (Canadá), Sónar (España) y Burning Man (Estados Unidos). A raíz de la pandemia, se llevó a cabo también de manera virtual transmitiendo sets online de artistas regionales; y además este año llegó a la Ciudad de Buenos Aires con jam sessions y performances audiovisuales que reunieron al público en el Centro Cultural Recoleta y Artlab. Ahora solo resta esperar a su próxima edición 2024 en el Museo MAR, institución donde continuará desarrollándose, salpicando de arte a los visitantes.