Contra todo pronóstico, la feria cerró con récord de ventas, premios y público. Sold out de varios stands y obras vendidas hasta en seis cifras en dólares.
Sus obras no son funcionales al consumo inmediato del diseño, son polémicas y buscan un constante gesto poético-político. La sorpresa, la exageración y la mentira, son parte estructural de sus creaciones.
La obra del escultor catalán fue adquirida en 1908 por el fundador del Museo Nacional de Bellas Artes. Actualmente es una de las figuras más impactantes del Jardín Botánico.
La escultora coreana que se instaló en Buenos Aires en la década del ochenta y trabaja en escultura, pintura y grabado, sigue vigente actualmente con sus casi 90 años.
A casi cien años de su creación, la obra esculpida por el artista catalán situada en Parque Rivadavia, es una de las esculturas que mejor representa la esencia de la feminidad y la belleza.
Inaugurado en 1935, fue creado por el destacado escultor argentino responsable de otras obras en honor a Roque Sánez Peña, Simón Bolívar y el Monumento Nacional a la Bandera en Rosario.
El artista francés realizó este mural, tributo al fundador del arte conceptual, sobre un lateral del edificio donde vivió el mismísimo Duchamp durante su estancia en Buenos Aires a fines de la década del diez.
Con una fuerte carga simbólica la obra de Espina se despliega entre dibujos, pinturas, pos-fotografías, instalaciones, foto o video-performances, y donde la pólvora, el hollín, el humo y la carbonilla suelen ser las protagonistas.
Desde 1914 en el corazón de Recoleta, la obra de la escultora argentina, es una oda a las dificultades de la vida, la fragilidad de la existencia y la constante búsqueda de un futuro mejor.
Símbolo absoluto nacional, es el monumento más antiguo de la ciudad de Buenos Aires, y testigo de innumerables eventos trascendentales de nuestra historia.