El ejercicio del autorretrato es llevado a niveles sin precedentes en la impactante obra de Quinn. Al utilizar de manera visceral su propia corporalidad, el artista logra inmortalizar una versión hiperrealista de su imagen en varios planos y sentidos.
"Ahora no hay nada de qué preocuparse" dice la voz en off de la video performance de la artista argentina Florencia Rodrígez Giles, en la que mujeres lanzan unas filosas dagas que se clavan en cuadros con imágenes de particulares nacimientos.
La performance de la dupla más corrosiva del arte contemporáneo chino muestra un loop de hombres vendados armando y desarmando armas reales sobre una mesa mientras el público es testigo del mensaje convertido en acción.
La artista Paula Pellejero se fascina con la obra de Alberto Greco y realiza un documental a lo largo de más de quince años acerca de este referente de la acción urbana, la poesía, la performance y el arte contemporáneo argentino de las décadas del 50 y 60.
Una de las más lúcidas pintoras figurativas de la segunda mitad del siglo XX, sus series expresionistas abordan realidades sociales y se apropian de temas folclóricos con una cruda mirada combativa y feminista.
Figura clave del conceptualismo latinomaericano, se apropió del máximo símbolo de la sociedad de consumo, pero a diferencia de Warhol, desde una perspectiva periférica y un discurso incendiario.
Mediante el uso de elementos formales asociados con arte elevado, sus obras desafían la noción clásica de lo icónico. Sus guiños al surrealismo y la fusión de lo bello con lo grotesco, evocan áreas oscuras que desdibujan los límites físicos y mentales.
El fotomontaje del artista ruso es considerado una de las imágenes más icónicas de las vanguardias del siglo XX y una pieza clave del diseño gráfico moderno y la publicidad.
La dupla más corrosiva del arte contemporáneo chino refleja en cada una de sus creaciones distópicas, una fatalidad vuelta espectáculo que no se corresponde en absoluto con la lógica moderna occidental
Inspirado por Piero Manzoni y su "Mierda de artista" (1961), el artista neo conceptual Wim Delvoye, reflexiona sobre "Cloaca" (2000), su instalación compuesta por una máquina que recrea el proceso digestivo humano hasta su resultado final.