Un campo de 35 hectáreas en Cañuelas con plantas nativas y el sonido de los pájaros invita a disfrutar de la fusión entre arte y naturaleza en un diálogo que propone una íntima relación entre las obras y el paisaje que las rodea. Museo Campo, el proyecto de Fundación Tres Pinos, da vida a una experiencia cultural diferente.
Entre eucaliptos, casuarinas y ombúes se avanza por el camino hasta Recuerda que sabes volar, la obra del artista misionero Andrés Paredes. Una enorme mariposa se posa sobre un mar de herbáceas, dándonos la bienvenida. No solo sorprende por su tamaño, sino que de ellas cuelgan clavos gigantes que se mecen con el viento y nos remiten a sauces llorones, árboles que se encuentran en la ribera de los ríos o arroyos de la provincia de donde es su autor. Para él, la mariposa —junto con otros insectos que suele retratar como las cigarras—, son modelos de transformación.
El recorrido luego nos lleva hacia la Canoa de Luciana Lamothe. Esta se encuentra suspendida del piso y en su interior brillan tubos fluorescentes. La instalación se encuentra bajo techo, más no irrumpe el diálogo con el exterior; solo genera un impasse de silencio.
Una estructura de ladrillos agujereados que parece una casita, resalta entre los pastizales. Con diferentes accesos, nos incita a recorrerla no solo a su alrededor sino también por dentro. Es 70 veces 7 de Gabriel Chaile. El artista explicó que su nombre “habla del perdón en el Nuevo Testamento, pero en el Viejo se refiere a la venganza”.
Javier Bernasconi presenta Cancelado. Por un lado da la imagen de un busto caído, una enorme cabeza de chapa moldeada a martillo que ha sido derrumbada y ahora solo puede descansar contra el piso; por el otro, descubrimos que se trata de un sello burocrático que exclama “cancelado”.
El centro de la experiencia se ubica en el árbol puesto boca abajo —Compleja esperanza— de Yuyo Noé; que fue creado especialmente para su emplazamiento en Museo Campo con un árbol forestal recuperado de la tierra. Sus raíces se encuentran hacia el cielo, en colores y atravesadas por diferentes materialidades como bronce y acero. En esta pieza, se hace presente una de las inquietudes del artista: el cambio y el caos.
Con El atajo, José Luis Landet propone apreciar el mundo desde otros puntos de vista. Una estructura inmensa hecha de una laberinto de maderitas que funciona como mirador, llama a acercarse a las nubes, las copas de los árboles, encontrar aquellas aves que se oyen mientras se recorre el campo y el resto de las esculturas que componen el camino.
Si se avanza entre acacias por un rato, a lo lejos empiezan a asomarse las estructuras del Colectivo DOMA. Dos esculturas que juegan con la ironía para hablar de nuestra sociedad. Siguiendo con la línea creativa de este grupo, entre la crítica y lo lúdico, se halla un tobogán hecho al revés y una torre luminosa de cinco metros de alto con un ojo que todo lo ve.
Los trabajos de Stoppani/Legavre, Carola Zech y Franco Fasoli presentan diferentes cuerpos escultóricos que juegan con la altura. Distintos materiales, distintos mensajes, distintas épocas creativas, que invitan al visitante a atravesar las obras, darles vueltas alrededor, colocarse dentro y apreciar qué depara esa experiencia de estar rodeado simplemente de arte y naturaleza.
También en tamaño XXL se presenta una escultura sonora de León Ferrari. Una cascada de cadenas que se mecen con el viento simulando el agua que cae en un aguacero.
Para La Nereida de Alexis Minkiewicz la elección de las plantas no fue aleatoria; de hecho hay piezas que gozan de requerimientos curatoriales. “La de Minkiewicz necesitaba un recorrido circular de cubresuelo para abrazar a la obra con una espalda de cactus, en un doble juego de dulzura y espinas”, explicó Ernestina Anchorena, la paisajista encargada del diseño.
Pejerreina de Adriana Bustos se encuentra en una sala propia, rodeada de árboles selváticos que se mimetizan con los del video que completa la instalación y se reproduce detrás. Una mujer pez de arcilla yace inerte sobre arena negra. Bustos inventa con su pejerreina un arquetipo de bestia local mientras juega con todo eso que una sirena no es: una figura inquietante, sin atributos idealizados, sin intención de provocar respuestas apasionadas ante los que se expone.
Ya en el trayecto final del recorrido nos encontramos con una delicada escultura en bronce del cuerpo de una mujer con reminiscencias clásicas, de Líbero Badíi. Creación que se ubica en los comienzos de su carrera y se diferencia justamente de toda su producción posterior. Alberto Bastón Díaz opera desde asociaciones ancladas en el imaginario colectivo y en esta oportunidad presenta una instalación compuesta por tres pequeñas esculturas en colores primarios que remiten al diseño industrial.
Resquicio cuántico de Rafael Parratoro es “una obra de arte extraterrestre, concebida con parámetros basados en física cuántica, en los agujeros negros y en viajes multidimensionales. Sueño que pueda considerarse tanto una nave espacial como un planeta, un castillo, un templo, un portal o lo que sea que apele a nuestra susceptibilidad ante la maravilla”, describe su artista.
Geometría legate es el trabajo site specific de Jano Sicura para el museo. En ella se conjugan tanto nociones ligadas a la energía universal como a las relaciones familiares, teniendo al número tres como punto de partida. Con Georama Héctor Tassino afirma “se ve el universo transformado por el arte.” Ya que ha colocado diferentes lentes y lupas a través de las cuales se aprecia su ambiente circundante de una forma distorsionada.
El circuito termina con Sonitus de Daniel Papaleo. En ella el lenguaje de lo geométrico se conjuga con el entorno dando lugar a una reflexión acerca del rol del humano en relación a la naturaleza.
Se recomienda una visita de jornada completa para gozar de los recorridos guiados, conocer la residencia para artistas y las muestras temporales. Se puede disfrutar una vez por mes con entrada previa, ya que el resto de los días, el museo permanece cerrado al público. A su vez, el establecimiento dispone de diferentes opciones gastronómicas, desde degustaciones gourmets en un bar hasta una canasta de picnic.